DIRIGENTES DEL PP DE DENTRO DE LA CADENA Y OTROS AMIGOS DE SU PRESIDENTE HAN ABIERTO LAS PUERTAS AL TIPO QUE HACE APENAS DOS AÑOS HIZO LA MÁS FEROZ CAMPAÑA PERIODISTICA PARA LAMINAR A MARIANO RAJOY
Por eso de que es aficionado a los palitos, al director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, le gusta más una cadena de radio que a un niño un pirulí o a un tonto una tiza y en varias ocasiones ha estado a punto de matar por hacerse con una «gratis total». Entre 1980 y 1986 el periódico escribió cerca de un millar de artículos censurando al Gobierno de Felipe González por hacerle concedido su participación en Unión Radio a Jesús Polanco y, poco después, a Javier Godó por desprenderse de Antena 3 Radio en beneficio del editor de la calle Miguel Yuste sin cederle a él una parte del pastel.
He aquí, por ejemplo, el capítulo de agravios que publicaba el lunes 2 de octubre de 1985 el periódico del entonces amante ocasional de Exuperancia Rapú:
«Sin la luz verde del Gobierno Polanco no había podido comprar la SER, rescatando luego a precio de saldo las acciones del Gobierno.- 2.- Sin protección gubernamental jamás habría podido conseguir Canal Plus televisión de pago concedida bajo el principio de interés público, beneficiándose de un monopolio, la TV de pago. 3.- Sin el respaldo monclovita nunca se habría podido primero adquirir y eliminar después A3 de Radio vulnerando al menos tres leyes diferentes. 4.- Sin la complicidad felipista nunca hubiera podido firmar Eductrade su convenio con Focoex, que le ha reportado 40.000 millones de créditos FAD. 5.- Sin este bochornoso «do ut des» jamás hubiera firmado telefónica con Prisa un acuerdo para la explotación en exclusiva de la TV por cable».
La consulta de los archivos del matutino revela que el ideólogo intelectual de los GAL y del terrorismo de Estado, en su etapa de director de Diario 16, que luego combatió con el mismo ardor con el que había contribuido a crearlo dedicó en ese semestre 134 documentos y 277 referencias al editor de El País, todas ellas naturalmente para quejarse del supuesto trato de favor que González dispensaba a Jesús Polanco.
No se trataba de defender, como pudiera parecerlo, la libertad de expresión ni el pluralismo periodístico. Lo que pretendía el reportero logroñés era, ni más ni menos, que le dieran a él la posibilidad de ser dueño de una cadena como al SER sin poner un duro, que la prensa no ha estado nunca ni está para grandes dispendios.
La ocasión se le presentó en 1996, con la llegada de José María Aznar al poder. Autoproclamándose el único e incontrovertible artífice de la victoria electoral del PP, por la cantidad de basura arrojada desde las páginas del rotativo de Unidad Editorial sobre los socialistas, el autoerigido Ben Bradlee de la prensa española intentó cobrarse su botín en forma de grupo multimedia para lo que era necesario que Telefónica aportara una cadena de radio y otra de televisión. «Tenía una cara dura que se la pisaba. El PP y Telefónica, teníamos que comprar una radio y una televisión y entregárselas a él para que hiciera lo que le diera la gana. Entre tanto, El Mundo sólo era suyo y no ponía ni un duro en la operación», recuerda C., uno de los jefes de prensa de la calle Génova.
Cuando intentó cobrarse la primera pieza, la cadena de radio Onda Cero se encontró al frente de la primera empresa de telecomunicaciones al empresario aragonés César Alierta que se negó a aceptar el despojo. Lo pagó caro. A partir del 9 de enero de 2002 la «ametralladora» de la calle Pradillo le dedicó 54 portadas casi consecutivas y otros tantos editoriales encaminados a denunciar una supuesta irregularidad en su etapa de presidente de Tabacalera en 1997. Finalmente, en el verano de 2009, los tribunales consideraron que no existía ninguno de los delitos que se le imputaban en El Mundo y resultaba absuelto tras sufrir el «terrorismo periodístico» durante casi ocho años.
El segundo asalto a una cadena de radio ajena se producía, según teme un sector de la Conferencia Episcopal Española, hace apenas unos meses. Tras el cese de Federico Jiménez Losantos y César Vidal como conductores de los programas estrella de la Cadena de Ondas Populares Españolas (COPE), por presiones del Partido Popular, y la creación de esRadio, las emisoras de los curas perdieron dos tercios de sus oyentes en menos de un año gracias al buen hacer profesional de un periodista como la copa de un pino, Ignacio Villa, brillante cual bombilla.
Con el fin de que la situación no se deteriorara aún más, personas afines al partido de la calle Génova, entre ellas un hermano de Alberto Fernández Díaz, un tal Jorge, el «hombre para todo» de Mariano Rajoy en su etapa de ministro de Administraciones Públicas (cuando a Paco Maruhenda le daba por coleccionar libros contantes y sonantes), propusieron a la Conferencia Episcopal el fichaje de Ernesto Sáez de Buruaga, no se sabe si con el propósito de que se forrara un poco más los riñones o abdujera la cadena en beneficio de sus amigos y protectores.
EL MUNDO PUBLICÓ HACE UNAS SEMANAS QUE UN SACERDOTE PEDERASTA TRAS CALZARSE A LOS NIÑOS LES MANDABA A REZAR UN PADRENUESTRO. EL DIRECTOR DEL PERIÓDICO, PILLADO IN FRAGANTI SOSTENIENDO RELACIONES HOMOSEXUALES, APARECE AHORA COMO TERTULIANO DE LA COPE. ¿IDÉNTICOS PARECERES O TRATA PEDRO J. DE CALZARSE A LA COPE?
Porque no hay que olvidar que a comienzos del siglo XXI, el sobrino-nieto de una larga lista de militares franquistas fue otro de los elegidos digitalmente para crear y pilotar, junto a otros, el multimedia del PP con dinero de Telefónica (a la que nos hemos referido), para lo que previamente se atracó a Antonio Asensio y a la ONCE para quedarse con Antena 3 Televisión y Onda Cero. Según el periodista deportivo José María García, el burgalés Sáenz de Buroaga era entonces un simple presentador de TVE que por hacerle una entrevista palaciega a José María Aznar, una especie de «felación periodística», según García, fue nombrado consejero-delegado del futuro grupo periodístico afín de la calle Génova.
Hay chocó con el director de El Mundo, que pretendía ser el «amo» exclusivo. Sus apetencias de mandar en el grupo y su osadía al insular a su presidente César Alierta en su propia casa, Onda Cero, acabó provocando una tumultuosa ruptura entre Pedro J. Ramírez y Ernesto Sáenz de Buroaga, calificado por «informador-terrorista» como «botones Sacarino» y «la voz de su amo» por consumar, según él, la tremenda osadía y la traición periodística de entregarle la carta de cese.
Así las cosas, nada más enterarse del «fichaje» de Sáenz de Buruaga, el periodista logroñés decidió, pelillos a la mar, matar dos pájaros de un tiro. Fulminó a su hasta entonces amigo Melchor Miralles, el periodista que le hizo un hombre (es un decir) al destapar los escándalos de los GAL que Ramírez había inspirado intelectualmente años antes, para echárselos a Felipe González a la cara, y contrató al Tribulete burgalés como director de Veo Televisión, para que pudiera garantizarse dos retiros dorados por el precio de una.
Pero no lo hacía porque de pronto se hubiera enamorado de los «botones», especialmente de los acostumbrados a percibir por sus servicios prestados indemnizaciones milmillonarias y que en los últimos años se había dedicado a coleccionar documentos sobre las «cabronadas» presuntos «atracos legales» hechos por Pedro J. Ramírez a sus compañeros «por si algún día tengo que defenderme», según me contó en Tele Madrid. Lo contrataba porque, según fuentes autorizadas, atisbaba que teniéndolo de su parte y utilizándolo como Caballo de Troya podía asaltar sin peligro la cadena de emisoras de los obispos, una de sus metas más acariciadas desde que Antonio Herrero estaba al frente del programa La Mañana, hace casi 20 años.
La aparición del llamado Luis Candelas de la Prensa española el lunes seis de septiembre como fichaje estrella en la tertulia de la COPE es un dato más a tener en cuenta. Porque, según se dice, Ramírez-Candelas no sólo aspira a vender más ejemplares de El Mundo utilizando el pulpito de los obispos, lo que supondría una competencia desleal hacia otros medios que también ponen la cruz en la casilla Iglesia Católica de la declaración de la renta y que teóricamente tendrían el mismo derecho, sino a algo más. Los que pretende es robarle presuntamente el santo y la limosna a la Conferencia Episcopal Española.
Fuentes generalmente bien informadas aseguran, por otra parte, que el periodista que acabó con la carrera política de Carlos Solchaga porque Transmediterránea le regaló un día un billete de barco «gratis total» que podría hacerlo, además, con la connivencia de un sector del Partido Popular que lo tiene todavía por un periodista íntegro, honesto y, sobre todo, de fiar, a pesar de su negativa a demoler la piscina ilegal que compró en 2001 en la isla de Mallorca, cque disfruta con la connivencia del presunto delincuente y mandatario insular Jaume Matas.
Con lo cual el único periodista del mundo que ha sido pillado in fraganti siendo sodomizado por una negra y, en lugar de marcharse a su casa con las orejas gachas y avergonzado, como ocurre sin excepción en el mundo anglosajón, va a seguir impartiendo doctrina a todo el mundo y a convertirse en la alternativa periodística oficial a Intereconomía y a esRadio. Lo único que le falta es que, al igual que un sacerdote que acaban de coger en los Países Bajos practicando el sexo contra natura, según relataba días pasados con bastante sorna El Mundo, su director, el mayor degenerado conocido hasta ahora en la prensa española mande también a los feligreses de la COPE a rezar un padrenuestro.
(En la fotos, Pedro J. Ramírez, con su amigo el ex presidente de Baleares Jaume Matas, uno de los mayores delincuentes de las islas, el individuo que le «legalizó» una piscina construida en zona marítimo-terrestre, de dominio público y su liegal pileta)
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