Thursday, October 28, 2010

ARGENTINA, ENTRE EL PERONISMO SUICIDA Y EL NACIMIENTO DE UNA TERCERA EVITA PERON

LA MUERTE DE NÉSTOR KIRCHNER COLOCA AL PAÍS EN LA ENCRUCIJADA DE UN FUTURO INCIERTO Y LLENO DE PELIGROS
Ha muerto Néstor Kirchner, el ex presidente de Argentina, y la mayoría de los periódicos españoles y latinoamericanos están llenos de necrológicas, esquelas y anuncios de días de luto en varias naciones entre ellas su país natal Brasil, Bolivia, Perú y Venezuela.
Es lo que ocurre, o suele ocurrir cuando fallece un dirigente político populista, tal y como les define Jean Touchard en su Historia de las ideas políticas. El pueblo se echa a la calle a llorar al muerto y todos los buitres de la política, que en Argentina hay tantos como psiquiatras, se lanzan unos contra otros, aún con el cadáver de corpore insepulto para disputarse su herencia al frente del partido Justicialista y su candidatura a la presidencia argentina en 2011, mientras su viuda se postula ─ al estilo de Evita Perón ─ para iniciar un segundo mandato y perpetuar el peronismo, esa extraña forma de gobernar a caballo entre el autoritarismo, la corrupción y el control ideológico y político de las masas.
Casado con Cristina Fernández de Kirchner, su sucesora en el poder y la actual presidenta del país de la pampa, de su biografía hay pocas cosas positivas que destacar. Criado en el peronismo revolucionario ─ la Juventud Peronista de izquierdas ─ de los años setenta, miembro de los montoneros al igual que su mujer, cogió un país en la ruina y lo dejó en el desastre.
Treinta años después del golpe de Estado que derrocó a Isabelita Martínez de Perón, tuvo la posibilidad de realizar la «reconciliación nacional» entre los peronistas (Montoneros, Triple A y Ejercito Revolucionario del Pueblo) y optó por uno de los dos bandos, el de los pistoleros del movimiento montonero de izquierda, al que aupó al poder y concedió numerosos ministerios, incluido el de Defensa.
Kirchner gobernó así Argentina entre 2003 y 2007 rodeado de asesinos peronistas conocidos a los que colmó de honores y riquezas y con la excusa de que iba a promover los Derechos Humanos y la inestimable ayuda de Baltasar Garzón, abrió de nuevo un proceso a las Fuerzas Armadas, procesando a los sobrevivientes de las tres juntas militares que se turnaron en el poder hasta el advenimiento de la pseudodemocracia.
Y no contento con eso, intentó continuar en Argentina el proceso judicial al general Franco, imputando a un muerto los supuestos delitos de genocidio, torturas y desaparición de personas cometidos hace más de setenta años, con sus protagonistas todos muertos y un desprecio absoluto a las leyes, al no estar tipificados estos hechos en código penal alguno entre 1936 y 1939, vulnerando el principio Nullum crimen, nulla poena sine praevia lege que como abogado debería conocer al dedillo.
COMO BUEN CAUDILLO, NÉSTOR KIRCHNER ANTEPUSO EL INTERVENCIONISMO ESTATAL A UN MARCO JUDICIAL ESTABLE, AHUYENTÓ A LAS MULTINACIONALES Y HUNDIÓ A SU PAÍS EN EL CAOS ECONOMICO
Pero así son los peronistas, desde Juan Domingo Perón hasta nuestros días y así aparecen retratados en los manuales de ciencia política. Violentos, déspotas, arbitrarios, arribistas, autoritarios y populistas a más no poder. Aunque, todo hay que decirlo, bastante más demócratas que los militares que tras el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen (1930) gobernaron Argentina en la llamada década infame, (desde José Félix Uriburu a Arturo Rawson) en una permanente corrupción e inestabilidad, todos ellos de ideología pro-nazi, que estuvieron a punto de provocar la invasión del país por los Estados Unidos por su descarado apoyo a Adolfo Hitler y al nacional-socialismo.
Aparte de su inmenso patrimonio personal amasado sobre la penuria de las clases medias argentinas trituradas por la crisis y el corralito, Kirchner deja un país gobernado por los terroristas que asolaron la República entre 1970 y 1976, provocando 25.000 muertos y desaparecidos. Lega a sus sucesores un peronismo, dividido en nuevas camarillas y personalismos, huérfano de un liderazgo fuerte y cohesionado, con una prensa debilitada, amenazada con ser intervenida, hundida y en trance de ser amordazada. Y a una viuda de buen ver en trance de convertirse en una nueva Evita Perón o desaparecer entre el fuego cruzado de sus seguidores y adversarios y el marasmo de una turbulenta vida política, como le ocurrió a Isabel Martínez de Perón.
Con su muerte desaparece uno de los cuatro políticos de América Latina (Hugo Chávez, Lula da Silva, Evo Morales y Néstor Kirchner), que hicieron de la plaga del populismo peronista una peculiar forma de gobernar, vulnerando cuantas veces quisieron el principio de legalidad, e imponiendo como normas de comportamiento estatal la rapiña gubernamental, la arbitrariedad y el intervencionismo en materia económica, acabando con cualquier atisbo de un marco jurídico estable que garantizara la libertad de creación de empresas, el libre comercio y el ejercicio de la iniciativa privada como motores de la recuperación económica de sus respectivos países.
SI TU ME DICES VEN/ LO DEJO TODO, LE DIJO GARZÓN A SU MUJER, CRISTINA FERNANDEZ EN LA CAPAÑA ELECTORAL DE 2007 EN NUEVA YORK. EL JUEZ NO PODRA ENTONAR LA MELODÍA EN 2011 ANTE EL CAUDILLO QUE PREPARABA SU SEGUNDO MANDATO.
Recuerdo perfectamente el día en que rodeada de todos los ministros del Justicialismo Cristina Fernández de Kirchner presentó en Nueva York su candidatura a la presidencia de la Republica Argentina con el juez Baltasar Garzón actuando como telonero.
Si tú me dices ven
lo dejo todo,
se arrancó el juez de jueces, el individuo que dice representar la justicia universal y que más veces la ha pisoteado y se la ha pasado por la entrepierna. Colocado por Néstor Kirchner en el Tribunal Penal Internacional como una reliquia de la izquierda a punto de consagrar para que pudiera escapar a las investigaciones del Tribunal Supremo español por sus numerosos crímenes cometidos en el ejercicio de su cargo, Garzón había prometido al saqueador de la pampa que acudiría en 2011 a presentar su candidatura en Nueva York. La muerte del político más ególatra de Argentina le ha apeado de ese compromiso.
Tal vez estos días le veremos en su entierro portando uno de los cirios. Pese a su mediocridad, a su afición por lo ajeno y a su enfermiza obsesión por enfrentarse con la Prensa, la iglesia, con las multinacionales instaladas en su país; a su tendencia a ponerse del lado del terrorismo peronista y remover las turbulentas aguas del pasado y simular que hacia justicia cuando lo que buscaba era la venganza pura y simple, descanse en paz Kirchner. No el político inepto y revanchista, que no merece ningún respecto, sino el individuo.

Thursday, October 21, 2010

RODRÍGUEZ ZAPATERO REMODELA EL PEOR GOBIERNO DE LA HISTORIA DE ESPAÑA PARA GANAR LAS TERCERAS ELECCIONES GENERALES


Auspiciado al papel de Supermán, nombrado vicepresidente primero del Gobierno y ministro Portavoz sin renunciar a la cartera de Interior, nadie como él, como Alfredo Pérez Rubalcaba, había tenido jamás tanto poder en un Gobierno socialista ni de ninguna otra índole en la españa democrática.
Santanderino, de 59 años, alto cargo y ministro socialista desde la llegada a La Moncloa de Felipe González en diciembre de 1982, este químico con grandes dotes de alquimista, tal vez algo maquia´vélico, concentrará en sus manos el control de los servicios policiales, del Centro Nacional de Inteligencia como vicepresidente primero del Gobierno; la acción del Gobierno por medio de los secretarios de Estado y subsecretarios y la política informativa del Gabinete. Pasa a ser, a partir de ahora, el verdadero hombre fuerte del Gobierno y el delfín de José Luis Rodríguez Zapatero para, llegado el caso, sustituirle en La Moncloa y optar incluso a convertirse en la cabeza de lista de la candidatura socialista en las elecciones de marzo de 2012.
Personaje con una trayectoria coherente y clara entre los suyos, que despierta pasiones encontradas en izquierda y derecha, de la noche a la mañana, Pérez Rubalcaba ha sido elevado a los altares de la política en la séptima remodelación de Gobierno efectuada por Rodríguez Zapatero. Se ha convertido así en el referente a seguir, en la esperanza blanca para numerosos socialistas cuando muchos hablaban de post zapaterismo y daban por perdidas las elecciones generales de 2012.
Hecha pública en la mañana del miércoles 20 de octubre, en plena negociación de las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado, la actual crisis de Gobierno ha supuesto la desaparición de la escena política de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega [que se tiene bien ganado un descanso y hasta un lifting político que facial no lo necesita], y de los ministros de Trabajo, Celestino Corbacho, de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, de Vivienda, Beatriz Corredor y de Igualdad Social, Bibiana Aído. Paralelamente, ascienden en la escala política la ministra de Vivienda, Trinidad Jiménez, que pasa de Vivienda a Asuntos Exteriores, el veterano eurodiputado socialista, Ramón Jáuregui, que ocupa el ministerio de la Presidencia y Relaciones con las Cortes y el ex líder socialista y ugetista Valeriano Gómez encargado de la cartera de Trabajo.Y como de todo ha de haber en la viña del señor ,como en botica, hasta Leire Pajín consiguió aglutinar no se sabe cuantos ministerios, no para dedicarse a repartir condones, como malevolamente la acusa el PP, sino para regalarnos el oído con sus archiconocidas genialidades y saberes varios.
La remodelación es la primera de envergadura que emprende Rodríguez Zapatero tras sus casi siete años en el poder y la más lógica y coherente de todas. Por primera vez, el gabinete socialista renuncia a convertir las políticas de género en uno de los ejes de su estrategia, abandona la política de cuotas dentro del Gobierno, da por sentado que en la situación económica de España hay poco margen de maniobra al dejar a Elena Salgado al frente del ministerio de Hacienda y no cambiar a los ministros de Industria, Miguel Sebastián o Cristina Garmendia, que sigue en Ciencia e Innovación, y apuesta por hacer un gobierno fuerte, que cohesione el partido y lo proyecte ampliamente en la sociedad.
LOS SOCIALISTAS SE HAN SACUDIDO SUS DEMONIOS FAMILIARES ─ LOS GAL Y LA CORRUPCIÓN ─, HAN CONVENCIDO A SUS ELECTORES QUE LOS SAQUEADORES DE ESPAÑA SON LOS DEL PP CON GURTEL, Y UNIDOS DE NUEVO SE PREPARAN PARA DAR LA BATALLA FINAL EN 2012
Lo bueno de este gobierno es que José Luis Rodríguez Zapatero se quita de encima por primera vez los complejos de épocas pasadas, especialmente el estima de los GAL, aquella maquina de matar desde las alcantarillas engrasada con dinero del Estado que, cuestiones jurídicas y morales al margen, fue un mal necesario que debió asumir Felipe González para destruir la capacidad mortífera de ETA y poner fin a su estrategia aniquiladora de los partidos políticos y el sistema democrático. [No olvidemos que su meta a partir de 1980 fue la de aniquilar a la UCD vasca, cosa que consiguió asesinando a tres de sus principales dirigentes en el plazo de un mes y poniendo en desbandada al resto, intentando hacer lo mismo con los socialistas a partir de 1983]. Y traspasa una de las grandes lacras de las que era acusado el felipismo ─ la corrupción ─ al Partido Popular al abrir el «caso Gurtel», una trama de corrupción más teórica que real, pero que desde El País se ha vendido a la opinión pública como un asunto tremendamente sucio y tenebroso.
De esta manera, además, por primera vez reunifica las dos corrientes internas del partido ─ felipistas y zapateristas─ hasta ahora enfrentadas en una soterrada lucha interna que parecía irreconciliable y que se hizo visible en agosto y septiembre último con la elección de Tomás Gómez en las primarias del partido en Madrid.
La llegada al Gabinete de Valeriano Gómez y de la ex alcaldesa de Córdoba, la comunista Rosa Aguilar, que ocupara la cartera de Medio Ambiente, revela que otra de las grandes apuestas de Rodríguez Zapatero es unir de nuevo lo que ellos llaman «la casa común de la izquierda», potenciar la unidad de socialistas y comunistas, sindicatos de clase y grupos sociales afines en un proyecto común, tendiendo puentes hacia UGT y CC.OO. por medio de Gómez y hacia Izquierda Unida, en un intento de captar por enésima vez el voto útil en beneficio del partido creado por Pablo Iglesias.
Los nuevos cambios gubernamentales tendrán también su correlación en el ámbito de los medios de comunicación. El Mundo y el siniestro y maquiavélico Pedro J. Ramírez, que acaba de colocar una primera piedra para abducir la COPE, dejará de ser el «amigo estratégico» de Rodríguez Zapatero para dejar paso al aliado histórico del socialismo, el Grupo Prisa con El País y la Ser, donde ya se oye entonar el "prietas las filas", en detrimento del conglomerado creado por Jaume Roures, La Sexta y el diario Público, aunque es probable que el Gobierno no los deje caer: es su caña de pescar votos entre los grupos antisistema, los okupas, los movimientos antinucleares, el conglomerado antiglobalización y pacifistas de toda laya.
PEDRO J. RAMÍREZ, EL EXTRAÑO GURU DE RODRÍGUEZ ZAPATERO, HA SIDO ECHADO DE LA MONCLOA Y JUAN LUIS CEBRIAN VUELVE A SER EL HOMBRE FUERTE DE LOS SOCIALISTAS EN LA PRENSA
Y en la política exterior, con Trinidad Jiménez al frente, España sin duda recuperará parte del peso perdido en los seis años y medio pasados, abandonando la nefasta «alianza de civilizaciones» y el acercamiento a los países árabes y tercermundistas de América Latina para afianzar los pactos con la Unión Europea, los Estados Unidos y las naciones del primer mundo y los países emergentes, Japón y Brasil.
Este es, por tanto, un Gobierno de transición, cuya única meta es la cohesión interna del socialismo, el cierre de filas para hacer frente a los retos electorales que se inician en noviembre en Cataluña y recuperar un cierto protagonismo por el Gabinete en la sociedad. De su gestión política no cabe esperar grandes milagros en ningún campo en concreto ─ menos aún en el terreno económico ─ y los miembros del Ejecutivo son los primeros que lo saben.
El lavado de imagen, los intentos de buscar una coherencia interior perdida, la admisión en la casa socialista de la legión de hijos pródigos felipistas, la posibilidad de que Patxi López pueda hacer suyos y vender como propios los pactos firmados entre José Luis Rodríguez Zapatero y Iñigo Urcullu en el País Vasco y el posible desenlace final del terrorismo de ETA ─ asunto que deberá coordinar Jáuregui bajo las órdenes de Pérez Rubalcaba ─, pueden dar a este Gobierno nuevos bríos para dar la vuelta a las encuestas y hacerse con el poder en 2012.
SI EL PSOE LOGRA MANTENER ANESTESIADA A LA OPINIÓN PÚBLICA SOBRE LA CRISIS DEL PAIS, COSA DIFICIL PERO NO IMPOSIBLE, Y CAPEAR LOS DESCALABROS ELECTORALES EN PAIS VASCO, CANARIAS, ASTURIAS Y CASTILLA-LA MANCHA, RAJOY VA A TENER QUE EMPEZAR A TRABAJAR
Sobre todo, si Alfredo Pérez Rubalcaba asume la candidatura a la presidencia del Gobierno en los próximos comicios electorales, que sería lo más deseable, o el PSOE logra mantener anestesiada a la opinión publica, a un país resignado a vivir con 5 millones de parados, con los sueldos de funcionarios y pensionistas (18 millones de españoles perjudicados entre parados, pensionistas y funcionarios) congelados y la economía no empeora, algo difícil de predecir, y más difícil todavía de controlar.
El primer y único objetivo del nuevo Gobierno que «preside» Pérez Rubalcaba desde la sombra será evitar la catastrófica debacle electoral ─ inevitable en Cataluña ─ que le atribuyen todos los sondeos. En todo caso, ésta puede, cuando menos, ser atenuada o disminuida, con pactos electorales en Canarias y País Vasco, con los respectivos partidos socialistas, en detrimento del Partido Popular, y en alguna comunidad autónoma más, como Asturias, salvo que la formación política de la calle Génova se ponga las pilas y nombre desde ya a Francisco Álvarez Cascos como su candidato. E incluso en Castilla-La Mancha donde la quiebra de Caja de Ahorros regional con Alfredo Pérez Rubalcaba controlando todos los resortes policiales, no va a pasar factura, por ahora, a los socialistas implicados ─ tanto al partido como al gobierno regional ─ en muy graves y costosos escándalos de corrupción.
El panorama que se avecina en los próximos meses va a ser, por lo tanto, bronco y especialmente crispado. Con este cambio de Gobierno el PSOE no sólo no va a arrojar la toalla sino que va a plantar batalla a Mariano Rajoy y a los suyos en todos los frentes electorales. Y a intentar consolidarse de nuevo en el poder entre 1912-1916. Lo cual es sin duda un enorme y profundo contrasentido en una Europa en crisis, gobernada mayoritariamente por partidos liberales o conservadores, pero esa es lamentablemente la UE que hemos construido.

Wednesday, October 20, 2010

NUEVO LATROCINIO DE RODRIGUEZ ZAPATERO A COSTA DEL ERARIO PÚBLICO PARA MANTENER OTROS 18 MESES LA ANGUSTIA DEL PUEBLO ESPAÑOL

LA LLUVIA DE MILLONES QUE HA CONCEDIDO A CANARIAS ES TAN INCUMPLIBLE COMO EL MAR INTERINSULAR QUE LE OTORGÓ A PALULINO RIVERO, ENGAÑÁNDOLO COMO A UN CHINO DE EL SAUZAL
Como canario de origen tengo que congratularme por la lluvia de millones de euros que, al menos teóricamente, han caído sobre las islas en el día de ayer. Como si fuera el 22 de diciembre y José Luis Rodríguez Zapatero uno de los niños del Colegio de San Ildefonso, la Lotería Nacional ha llegado al Gobierno autonómico del Archipiélago.
Como español, sin embargo, tengo la obligación de criticar enérgicamente el pacto de Paulino Rivero con el Gobierno central. Porque, incluso aunque se lo creyera, el político de León no es Papá Noel ni los Reyes Magos ni, mucho menos, tiene la virtud de convertir el agua en vino ni multiplicar los panes y los peces. El dinero que a manera de regalo fue a parar a las Islas Canarias o bien ha sido sustraído a otras comunidades autónomas, a otros españoles, o no existe.
En contra de lo que puedan pensar algunos, el presidente del Gobierno tampoco es Robin Hood, que roba a los ricos para dar a los pobres. Situado en minoría en el Parlamento, no está legitimado ni política ni moralmente para realizar ese tipo de tejemanejes. Y si lo hace ante los ojos de la opinión pública, revela que no es más que un jugador de ventaja, un tahúr del Misisipi de la peor especie que solo mira el beneficio propio, el interés personal. En definitiva, un personaje sin escrúpulos que, con tal de mantenerse en el poder, es capaz de emplear el dinero público como un señor feudal, y repartirlo entre aquellos que pueden darle su voto a los Presupuestos Generales del Estado.
Unos presupuestos que son una nueva mentira. No hace falta ser un experto para saber que la economía española no va a tener un crecimiento del 1.3 por ciento en 2011, tal y como establece la Ley de leyes. Y que sin este incremento de la riqueza nacional es imposible alcanzar el resto de las magnitudes macroeconómicas previstas (disminución del déficit, creación de empleo, crecimiento del consumo interno, mayor competitividad, etc.) por lo que será necesario imponer mayores sacrificios a los españoles vía impuestos o mediante la reducción de salarios a los empleados públicos y de prestaciones a los parados y clases pasivas y recortes en el Estado del Bienestar, con lo que los presupuestos incrementarán aún más su carácter antisocial.
En este contexto, incrementar el gasto en los Presupuestos con una cifra importante de millones destinados a regalías a dos regiones autonómicas ─ País Vasco y Canarias ─ en detrimento del resto de la nación para seguir en La Moncloa mientras la situación económica de 18 millones de españoles (parados, pensionistas y funcionarios) va a empeorar todavía más, es cuando menos una felonía y una traición a los otros 41 millones de españoles, incluidos los que residen en comunidades autónomas gobernadas por los socialistas.
O, incluso, tal y como conté ayer al referirme al «caso vasco», un delito de «apropiación indebida» tal y como lo definió el magistrado Ventura Pérez Mariño de la Audiencia Nacional en el «caso Argentia Trust». Ni el presidente del Gobierno ni nadie, ni siquiera con mayoría en el Parlamento, está legitimado para disponer de los bienes públicos en beneficio de unas regiones a costa de perjudicar a las demás. En momentos de emergencia nacional como la presente. Actitudes menos despóticas y arbitrarias, originaron en épocas pasadas, y con razón, levantamientos y algaradas de todo tipo.
AUNQUE SE TRATE UNA VEZ MÁS DE UNA MÁS DE SUS MUCHAS MENTIRAS, ES INTOLERABLE E INJUSTO QUE EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO PACTE EL TRASPASO DE COMPETENCIAS A LAS DOS REGIONES QUE MENOS CONTRIBUYEN A LAS ARCAS DEL ESTADO EN DETRIMENTO DEL RESTO
El asunto es más intolerable aún teniendo en cuanta que las dos regiones beneficiadas en la tómbola en que ha convertido Rodríguez Zapatero a España, son en este caso las que menos contribuyen a los Presupuestos Generales del Estado, por disponer de regimenes fiscales privativos.
Para hacer frente a su atraso secular, a la carencia de recursos naturales productivos, de industrias autóctonas, a la lejanía, y a una balanza fiscal negativa en relación con el resto de otras regiones españolas, era justo que Canarias dispusiera de un régimen especial. Así se acordó tras su incorporación a la Corona de Castilla en el siglo XVI la creación de un régimen fiscal librecambista, basado en los puertos francos, en los arbitrios insulares y en las franquicias aduaneras. En 1972, con Franco, el sistema se institucionalizó con la Ley del Régimen Económico y Fiscal. Y, posteriormente en 1986 con la entrada de España en la UE y el tratamiento dado a las islas de región ultraperiférica se mejoró incluso más con deducciones a la inversión, bonificaciones, más arbitrios especiales y exención del pago del IVA, en contra de lo que ocurre en el resto de España.
Menos justificado está el Concierto Económico vasco pactado entre la oligarquía local y Antonio Canovas del Castillo en 1878, tras finalizar la tercera guerra carlista como un privilegio a los poderosos industriales vizcaínos, que se hizo extensivo a la población en general carlistas incluidos, para poner fin a una insurrección militar en las levantiscas provincias del Norte y evitar una nueva contienda civil.
Toto ello aparece contado con pelos y señales en mi libro Los mitos del nacionalismo vasco. Mucho antes del Concierto, en 1815, los vasos dejaron de pagar las alcabalas, portazgos y otros impuestos a la Corona. Para meternos en cintura, Fernando VII crea la Junta de Reforma de los Abusos de la Real Hacienda en las Provincias Vascongadas. No sirvió de nada. Recurriendo unas veces al Rey y otras a la Reina Madre, los parientes mayores de las Provincias Vascongadas evitaban aportar incluso los reales de vellón que les correspondían para hacer frente a los gastos de la guerra en las colonias, las que sus vecinos los carlistas provocaban y otras calamidades.
En 1845, al promulgarse la reforma tributaria de Alejandro Mon y Ramón Santillán, que sienta las bases del sistema tributario moderno, con Bravo Murillo de presidente del Gobierno, se intentó de nuevo que las diputaciones forales contribuyeran en la medida de los beneficios que recibían de la nación española a las arcas públicas. Todo fue inútil. Hasta que acabada la III Guerra Carlista, Canovas trató de hacer extensivo el régimen impositivo general a las Provincias Vascongadas y se llegó a un arreglo de establecer un Concierto Económico entre las haciendas forales y la estatal. Se cometió el error, sin embargo, de permitir a los vascos seguir recaudando los impuestos y aportar la parte alícuota ─ el cupo ─ a las arcas del Estado.
Al poco de implantarse se demostró que este instrumento fiscal, en lugar se ser un sistema de recaudación equitativo, volvía a perpetuar el régimen feudal privativo vasco. Las Juntas Generales de las tres provincias, no sólo recaudaban los impuestos sino que se quedaban con la parte del león, dando al Estado las «migajas» del festín, al hacer las cuentas de la vieja y falsear sistemáticamente las cuentas públicas para rebajar el cupo que correspondía pagar a la nación.
EL CONCIERTO ECONÓMICO ES EL SISTEMA INSTITUCIONALIZADO DEL QUE DISPONEN LOS VASCOS PARA CHUPAR LA SANGRE AL RESTO DE LOS ESPAÑOLES DESDE HACE MÁS DE UN SIGLO
La "aristocracia metalurgica", como la denominó Miguel de Unamuno, vizcaína y guipuzcoana aparecen así desde la implantación de los Conciertos como los auténticos depredadores de la riqueza nacional al beneficiarse, al mismo tiempo, de las inversiones directas del Estado y quedarse con sus impuestos. Durante más de un siglo, el asunto ha constituido un verdadero quebradero de cabeza para todos los ministros de Hacienda españoles. Tanto en la restauración borbónica como en el reinado de Alfonso XIII, en la dictadura de Miguel Primo de Rivera y en la II República hasta nuestros días.
En 1926, por ejemplo, el ministro de Hacienda del directorio Militar, José Calvo Sotelo se quejaba de que los vascos apenas contribuían a los gastos del estado con 40 millones de pesetas cuando sus informes revelaban que debían aportar al menos tres veces más. Un año más tarde incluso dejaron de pagarlo. La excusa fue la quiebra del Banco de la Unión Minera, de Vizcaya, que solo beneficiaba a la «aristocracia metalúrgica» e industrial de la margen izquierda del Nervión. Sus perdidas de 98 millones, fueron deducidas del cupo en los siguientes años.
Durante la negociación del Estatuto en la República, el asunto volvió a replantearse cuando Calvo Sotelo y José Luis Oriol Urigüen plantearon una adecuación del cupo a la situación económica del país. Los nacionalistas, sin embargo, se negaron sistemáticamente y presentaron una serie de cuentas falseadas, cuyos originales aparecen en el archivo de la Guerra Civil de Salamanca. Lograron de esta manera, mantener sus privilegios y sus prebendas convirtiéndose en ciudadanos de primera ─ con mejores carreteras e infraestructuras ─ y tratar al resto de los españoles como individuos de segunda.
A pesar de tratarse de una reminiscencia medieval, tras la implantación de la democracia, el Concierto Económico se hizo extensivo a la provincias de Guipuzcoa y Vizcaya ─ excluidas durante el franquismo por ser consideradas provincias traidoras ─ y se estableció un cupo del 6’24 por ciento. Paralelamente, los distintos gobiernos, tanto del PSOE como del PP, han ido transfiriendo o concertando los distintos impuestos aplicables hasta el punto de que las haciendas vascas de los tres territorios forales, además de los tradicionales sobre la renta de las personas físicas, sociedades e IVA, recaudan prácticamente el 100 por cien de los restantes impuestos, incluidos los de matriculación de vehículos, seguros, tabaco, expedición de billetes de viaje, hidrocarburos, juego y tasas. Y el cupo sigue en el 6’24 de la renta autonómica correspondiente a 1980, sin incluir los porcentajes a ingresar en las arcas del Estado por los nuevos impuestos transferidos.
Porque, pese a las continuas cesiones de impuestos, la cantidad a abonar al Estado, que debería revisarse anualmente, no se ha modificado en las tres últimas décadas, y las reclamaciones a la Hacienda vasca no son atendidas. Lo que induce a pensar que es «altamente beneficioso» para las Juntas generales de los territorios históricos y el Gobierno vasco.
EN LUGAR DE OBLIGARLES A QUE NO COMETIERAN MÁS FRAUDES ZAPATERO PERMITIÓ A LOS VASCOS EL BLINDAJE DEL CONCIERTO ECONOMICO. DE ESTA MANERA EL GOBIERNO DE ESPAÑA NO EXIGIR SU CUMPLIMIENTO COMO HASTA AHORA, SALVO EN EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
No contentos con disponer de su propia hacienda, la última maniobra de los vascos ha sido el blindaje del Concierto Económico en el Congreso de los Diputados, en octubre de 2009, con lo que el PSOE se garantizó la aprobación de los Presupuestos Generales del estado de 2010. La medida se hizo con el voto en contra del PP y de UPyD, que rechazaron la proposición del Parlamento en cuanto defiende la concesión de rango de ley a las disposiciones fiscales adoptadas por las Juntas Generales de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, de tal modo que no pueden ser recurridas ante los tribunales ordinarios sino sólo al Tribunal Constitucional. De modo y manera, que a partir de entonces el expolio sistemático que las autoridades vascas realizan mediante el Concierto Económico al Gobierno de la nación sólo puede exigirse ante el Tribunal Constitucional, lo que tiene indignados a santanderinos, riojanos y castellano-leoneses.
Tras este largo exordio, el hecho de que en 2010 el Gobierno haya dado una nueva vuelta de tuerca y cedido más competencias aún al Gobierno de Euskadi constituye una nueva y gigantesca ofensa para el resto de los españoles. Especialmente, en el caso de las políticas de empleo donde el agravio comparativo es descomunal. En efecto, para atender a una población en paro de apenas 129.648 trabajadores el Gobierno ha asignado la suma de 472 millones de euros mientras Andalucía, con casi ochocientos mil parados, tendrá que conformarse con apenas 790 millones. Además de dar al traste con la caja única de la Seguridad Social, un parado vasco tendrá 2.735 euros más que otro andaluz, incluso en el caso de que este último haya trabajado gran parte de su vida en Altos Hornos de Vizcaya, La Naval o Euskalduna y haya finalizado su actividad laboral en su lugar de origen.
Precisamente la fórmula para el cálculo de esta competencias, que el Gobierno Central cifraba en 170 millones de euros y el vasco en más de 400 había demorado el traspaso de esta asunto en la etapa de Felipe González, José María Aznar y el propio José Luis Rodríguez Zapatero hasta que se ha visto con el agua al cuello y no ha tenido más remedio que ceder un dinero que no era suyo.
En el caso de Canarias, donde el desempleo es superior a las 302.000 personas sobre una población activa de casi un millón, con una tasa de paro del 27’68 por ciento, ocho puntos por encima de la media nacional, la más alta de España, las transferencias de estas competencias por parte del Gobierno central han sido, según Paulino Rivero, «las mismas y en las mismas condiciones que las del País Vasco».
De donde se deduce que, de no haber trampa ni cartón en las declaraciones de Rivero, junto con los 472 millones de euros para el País Vasco, el Gobierno Central tendrá que incluir en los Presupuestos Generales del Estado una dotación suplementaria de varios cientos de millones más, bien sea para dotar o complementar en las islas las politicas de empleo transferidas o pendientes de hacerlo según el último pacto.
La cifra, que podría aproximarse a los 1000 millones de euros, en el caso de ser cierta, es pan para hoy y hambre para mañana. Ya que el problema estructural de las islas casi desde su conquista a partir de 1402 es la carencia de puestos de trabajo para alimentar una población que hoy se cifra en 2.103.992 habitantes. Es algo que nadie tiene que explicarnos a los canarios aunque llevemos 34 años fuera, como es mi caso. José, uno de mis abuelos, fue emigrante en Cuba. Mis parientes már cercanos y mi padre en Venezuela, donde incluso tengo un tío enterrado.
LAS AYUDAS AL PARO EN CANARIAS SON PAN PARA HOY Y HAMBRE PARA MAÑANA. EL PROBLEMA ESTRUCTURAL DE LAS ISLAS CASI DESDE LA CONQUISTA ES LA FALTA DE PUESTOS DE TRABAJO
Dicho lo cual, lo más probable que José Luis Rodríguez Zapatero cumpla su promesa de inyectar una lluvia de millones en las islas de la misma manera que lo ha hecho con las aguas jurisdiccionales internas canarias ─ el mar insular ─, otorgando algo que no puede conceder: las aguas del Archipiélago según las leyes marítimas son internacionales y el Gobierno de España no tiene jurisdicción sobre ellas. Cosa distinta ocurriría si las islas constituyeran un estado soberano.
La mentira, la falacia, la improvisación y la falta de escrúpulos son algo consustancial al presidente del Gobierno más nefasto de la democracia. «En 2009, tras la celebración de un Consejo de Ministros en Las Palmas de Gran Canaria, se comprometió a realizar 25.000 millones de inversiones en un plazo de 10 años en el Archipiélago, a razón de 2.500 millones anuales. Los 2.500 millones prometidos para 2010 se han quedado en 43’5», señalaba el vicepresidente del Gobierno canario José Manuel Soria, presidente a su vez del Partido Popular insular.
«Como en el caso de las aguas Canarias, ofrece lo que no puede dar. Lo incluye en los Presupuestos Generales del Estado y las partidas transferidas nunca llegan porque nunca han existido. Acostumbrado a los incumplimientos, a vivir de prestado en La Moncloa a base de empeñar su palabra y engañar a unos y a otros, para Rodríguez Zapatero los Presupuestos, la ley de leyes del Congreso de los Diputados, constituye papel mojado. Algo que se promete para salir del paso pero nunca se cumple», afirma otro político insular.
La amoralidad (no inmoralidad) congénita del político leonés, a la que he hecho referencia en muchos de mis libros, ha llevado por ahora al vicepresidente del Gobierno canario, José Manuel Soria a abandonar el Gobierno autonómico. «No podemos seguir apoyando a un Gobierno que, a su vez, está apoyando a un Ejecutivo que se mantiene artificialmente simplemente porque se ha decidido pagarle un año más de alquiler o pagarle la hipoteca durante el año 2011 para seguir en Moncloa», declaró Soria en Punto Radio.
De ser cierta la frase de Abraham Linlcon «se puede engañar a algunos todo el tiempo, a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo», a cuántos Paulinos Rivero necesitará mentir, engañar como a chinos José Luis Rodríguez Zapatero para que la opinión pública despierte, se movilice y podamos librarnos de él para siempre.

Monday, October 18, 2010

APLICANDO LA «DOCTRINA ARGENCIA TRUST» ZAPATERO PODRÍA SER CONDENADO POR «APROPIACION INDEBIDA»

El 20 de marzo de 1997, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenaba al banquero Mario Conde a seis años de cárcel (que el Supremo rebajaría a 4) por utilizar fondos de la entidad financiera para sobornar a políticos del PSOE y lograr una serie de exenciones fiscales del Gobierno poco antes de la fallida salida a Bolsa del Grupo Industrial de Banesto.
El texto de la sentencia del tribunal formado por Siro García Pérez, Ángela Murillo y Ventura Pérez Mariño daba por probados que el banquero de origen gallego había cometido un delito de falsificación de documento mercantil y otro de apropiación indebida en la llamada «Operación Argentia Trust». Según figura en el texto del que fue ponente el magistrado Ventura Pérez Mariño, el condenado había cometido el supuesto delito de apropiación indebida, aunque no se lo hubiera metido en el bolsillo, es decir, apropiado, de los 600 millones por los que fue juzgado.
«Emplear bienes del Banco [en beneficio de otros] ─ afirma Pérez Mariño ─ se encuadra en el tipo delictivo de apropiación indebida, pues Conde dispuso de bienes del banco que le correspondía administrar […] practica que es similar en cuanto a resultados al que se apodera 600 millones de la caja de un banco, porque tiene llave por ser administrador, y se los lleva a su bolsillo».
El delito le viene como anillo al dedo a algunos de los últimos presidentes de Gobierno de la democracia. Todos ellos han utilizado los bienes públicos en beneficio de los partidos políticos periféricos como moneda de cambio para lograr o bien su investidura o la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado al encontrarse en minoría.
El caso de José Luis Rodríguez Zapatero, que acaba de hacer concesiones intolerables, que en la mayoría de los casos deberían haber sido aprobadas probablemente por Congreso de los Diputados (que fue quien aprobó los estatutos y su contenido), a los grupos nacionalistas Catalanes, Vascos y Canarios, es bastante más comprometedor y delictivo todavía.
LA ACTITUD DE ZAPATERO ES SIMILAR A LA DE LOS PARTIDOS CACIQUILES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL XX QUE COMPRABAN EL VOTO A PIE DE URNA, CON EL AGRAVANTE DE QUE EL DINERO EMPLEADO ES EL DE TODOS
Porque, el político de León, ha dispuesto de bienes que son de todos los trabajadores españoles y que se administran a través de la Caja de la Seguridad Social, para traspasárselos a los vascos a cambio de favores o prendas, con el agravante de perjudicar gravemente con su comportamiento al resto de los españoles, incrementar las diferencias entre unos y otros, los gastos de la Seguridad Social y tener que subir los impuestos para hacer frente al despilfarro ocasionado por sus interesadas dádivas.
El asunto es más grave aún si se tiene en cuenta que uno de los interlocutores de estos pactos incestuosos, Iñigo Urcullu es un señor particular, ya que no ostenta cargo en institución pública alguna ni es político en ejercicio, y que el presidente de la comunidad Canaria, Paulino Rivero, amenazó el día anterior a su entrevista en La Moncloa, que «tumbaría» al Gobierno de la nación si no se le daba lo que exigía. En consecuencia, si se aplicara la «doctrina Pérez Mariño», elaborada ex profeso para meter a Conde a estos dos acuerdos habría que concluir que Zapatero se ha apropiado indebidamente de los bienes públicos para su exclusivo uso personal.
Su actitud de «comprar» al precio que sea el apoyo de otros partidos políticos es similar, en cuanto a sus connotaciones peyorativas, a la de los partidos políticos caciquiles, autocráticos y autoritarios de finales del siglo XIX y comienzos del XX, que se garantizaban sus escaños en el Congreso de los Diputados, comprando los votos en pública subasta delante de las urnas sin el menor sonrojo. Y lo hacían además con gran cabreo de Pablo Iglesias e Indalecio Prieto que no dejaban de mostrar su indignación porque ni siquiera los obreros les votaban.
Siguiendo con los paralelismos, en el caso de Conde se buscaba, al menos, un beneficio para Banesto, es decir, un beneficio general para todos sus accionistas, que no se logró debido a la invasión de Kuwait por los iraníes esos días. En el del presidente del Gobierno, sólo su lucro político privativo y su interes personal cuyo único objetivo es mantenerse otros 18 meses en La Moncloa, agravando aún más la agonía y la crisis de los españoles, en lugar de convocar nuevas elecciones y someterse al veredicto de las urnas, que sería lo razonable.
MUCHOS ESPAÑOLES SE PREGUNTAN PORQUE NO SE LE PROCESA POR EL DELITO DE "APROPIACION INDEBIDA" O INCLUSO POR MALVERSACIÓN DE CAUDALES PÚBLICOS
De ahí que muchos españoles estén extrañados con el hecho de que la Sala Segunda del Tribunal Supremo, la única competente para proceder contra el presidente del Gobierno, no haya abierto unas diligencias previas para determinar el tipo de cambalache y los trapicheos que el primer mandatario de la nación se trae con unas comunidades autónomas en perjuicio de otras.
Y no haya exigido todavía la comparecencia del presidente del Ejecutivo para que explique si esta administrando los bienes públicos como si se tratara de su cortijo particular, si se está «apropiando indebidamente» del dinero de todos, malversando dolosamente el dinero de todos los españoles o haciendo un uso indebido del mismo ad maiorem glorian suam y en detrimento de gran parte de los 45 millones de gobernados.

Sunday, October 17, 2010

DESPUES DE ASESINAR A MÁS DE 800 PERSONAS ARNALDO OTEGUI ASEGURA AHORA QUE LA IZQUIERDA NACIONALISTA NO TOLERARÁ MÁS ASESINATOS

CON SU «ARREPENTIMIENTO» EL TERRORISTA PRETENDE QUE ZAPATERO LES PERMITA VOLVER A LAS INSTITUCIONES Y CREAR UNA NACIÓN EN EL NORTE DE ESPAÑA

A comienzos de la década de los ochenta, el comando del que formaba parte intentó secuestrar a Gabriel Cisneros Laborda, uno de los padres de la Constitución, y como se resistió le pegaron unos cuantos tiros que le tuvieron al borde de la muerte. Poco después, secuestraron a Javier Rupérez y lo tuvieron oculto varios meses en una urbanización turística de Ávila.

Todo esto ocurría mientras varios compañeros suyos trataban de matar en Orense a Eulogio Gómez Franqueíra y lo conseguían en Álava y Guipuzcoa con Jaime Arrese, José Ignacio Ustarán y Juan de Dios Doval Mateo, miembros de la ejecutiva del partido del gobierno, los tres asesinados en menos de un mes.

El intento de aniquilación de la UCD en el País Vasco lo mismo que en el resto de España, dio origen a la creación de los GAL en la etapa de Adolfo Suárez. Sus comandos asesinaros a dos miembros de los GRAPO en Paris, trataron de quitarse de en medio al dirigente del MPAIAC, Antonio Cubillo Ferreira en Argel y mataron a cuatro personas en el Bar Hedeyais, en el Sur de Francia.

El político abulense no tuvo tiempo de continuar con la guerra sucia. Su dimisión para que la democracia no fuera un paréntesis en la historia de España y el golpe de estado del 23-F pusieron fin provisionalmente al terrorismo de Estado. Hasta que el 28 de octubre de 1982 llegó al poder Felipe González. ETA amenazó con liquidar a los dirigentes socialistas, llevar a cabo su limpieza étnica de los «enemigos de Euskadi» como decía Arnaldo Otegui y sus compañeros, y el PSOE defendió a los suyos cuando unos comandos de acción clandestinos que lograron, por primera vez en la historia, que los pistoleros asesinos encontraran la horma de su zapato.

Eso es así y no de otra manera, por mucho que el testarudo director de El Mundo trate de manipular la historia y hacer comulgar a los españoles con ruedas de molino. Pedro J. Ramírez lo escribió con meridiana claridad en Diario 16 en uno de los editoriales del periódico de la calle San Romualdo: «O ellos o nosotros».

EL TERRORISTA DE ETA PUDO HACER ACTO DE CONTRICCIÓN ANTES DE INTENTAR SECUESTRAR A CISNEROS Y A RUPEREZ, DEJANDO MALHERIDO AL PRIMERO, DANDO ORIGEN AL NACIMIENTO DE LOS GAL

Al margen de si los GAL eran o no moral y jurídicamente reprobables, cuestión que no viene al caso, lo cierto es que entre 1980 y 1986, ETA lanzó un desafío a la clase política española, intentó aniquilar a sus principales dirigentes en el País Vasco (Chus Viana, Txiki Benegas, Jaime Mayor, Marcelino Oreja, Enrique Casas, Ricardo García Damborenea, Fernando Buesa, Fernando Múgica y otros muchos) y recibió su propia medicina, lo que redujo ─ y esto tampoco es posible negarlo─ los asesinatos de los «años de plomo» de 110 muertos a menos de 35.

Años más tarde, los terroristas que nos tenían en el punto de mira a todos nosotros, a la sociedad entera en general pero en especial a los políticos constitucionalistas que ejercían su profesión en el País Vasco, a los que pretendían exterminar para crear un estado independiente, socialista y euskaldun, han sido derrotados por la España democrática, aplicando el Estado de Derecho, la Constitución y la Ley.

Y ahora, cuando no son nadie, cuando han perdido la batalla de crear su «patria vasca» donde, por cierto, los aborígenes o indígenas no representan a más del 30 por ciento de la población, resulta que Arnado Otegui El Gordo, uno de los miembros que vino a Madrid a secuestrar a Javier Rupérez y a Gabriel Cisneros no se arrepiente de sus acciones terroristas pero, ahora que carecen de capacidad para asesinar, afirma que ya no van a hacerlo más.

EL PERIODICO EL PAIS, EN LUGAR DE LAVAR LA CARA A LOS ASESINOS, HARÍA MEJOR PAGANDO LOS 5.000 MIILLONES DE EUROS QUE DEBE A BANCOS Y CAJAS DE AHORRO

En declaraciones al diario El País, el pistolero de ETA, afirma desde la cárcel de Navalcarnero (Madrid) que si «ETA matase mañana, la “izquierda abertzale” se opondría», como si ETA y su trama política no fueran la misma cosa. En el reportaje, que no es más que un lavado de cara de la banda armada y de su principal dirigente en los últimos años, Otegui tiene la desfachatez de seguir exigiendo al Gobierno el cumplimiento del «programa de máximos» de la banda armada, como si 45 millones de españoles tuvieran que plegarse a las exigencias enloquecidas de un grupo de asesinos ─ más cercanos a la mafia que a un partido político ─ y premiarles después de haber sido derrotados política y militarmente.

Lo que no es más que un episodio más de la historia de España en relación a las provincias Vascongadas y Navarra en este caso desde mediados del siglo XIX. Alzados en contra del poder constituido, la monarquía absolutista en tres guerras civiles ─las Guerras Carlistas─, acabadas estas todos ellos no solo fueron amnistiados sino que sacaron provecho de su rebeldía y enfrentamiento con la corona de España, aprovechándose de la debilidad del Gobierno y de la «hermandad» existente entre los generales que luchaban en los ejércitos rebeldes e isabelinos, compañeros de armas de en las últimas guerras coloniales, como magistralmente cuenta Benito Pérez Galdos en su libro los Ayacuchos y otros.

CON EL APOYO DEL PSOE, ETA QUIERE VOLVER A REPETIR EL FINAL DE LAS GUERRAS CARLISTAS VASCAS Y QUE LOS DERROTADOS ACABEN DE NUEVO COMO VENCEDORES

En un contexto parecido, Arnaldo Otegui, Iñigo Urcullu, Joseba Eguibar, Rafael Díez Usabiaga, Rufino Echevarría y otros muchos asesinos o cómplices de estos, bien sean del PNV o de ETA que todos van en el mismo barco tal y como se cuenta en li libro ETA, el saqueo de Euskadi, pretenden sacar rédito político de su derrota, de su adiós forzado a las armas.

Los malos de esta película, sin embargo, no van a ser los terroristas cuya meta, ya se sabe, es imponer a tiro limpio las cosas mientras puedan, sino José Luis Rodríguez Zapatero y su cuadra de percherones vascos, de pottokas con RH negativo (Txiki Benegas, Jesús Eguiguren o Odón Elorza), a los que no les va a importar vender por un puñado de lentejas lo que queda de España para mantenerse en el poder hasta marzo de 2012 y alargar innecesariamente la agonía de millones de españoles.

Y diarios como El País que deberían poner todo el énfasis en pagar los 5.000 millones de euros que deben (cinco veces su neto patrimonial) para no desaparecer del mapa, nos quieren presentar ahora a los más sanguinarios pistoleros de ETA como a unas infelices e ingénuas hermanitas de la caridad, a los que se les puede comprar con una mínima limosna, cuando a lo que aspiran unos y otros, PNV y ETA, es a la destrucción de la nación española.

Saturday, October 16, 2010

ZAPATERO VENDE ESPAÑA A LOS NACIONALISTAS VASCOS, INCLUIDOS LOS NOMBRES DE LAS PROVINCIAS, PARA GANAR 18 MESES DE PODER PARA ÉL Y DE AGONIA PARA LA NA

Cuando escribió su celebre frase «The two enemies of the people are criminals and government, so let us tie the second down with the chains of the Constitution so the second will not become the legalized version of the first», con motivo de la proclamación de la Constitución de los Estados Unidos de América, en 1787, Thomas Jefferson, tercer presidente (1801-1809) de la nación más poderosa del mundo, no sabía de que manera se había equivocado en el caso de España.

Sin olvidarnos de sus antecesores, Adolfo Suárez, que regaló el País Vasco y Cataluña a PNV y a Convergencia i Unió, pensando que Xavier Arzalluz era un cándido esuita vestido de laico y que Jordi Pujol estaba hecho de la misma madera que Josep Tarradellas; sin pasar por alto las concesiones hechas a los nacionalistas por Felipe González y, en menor medida, por José María Aznar, a nadie en su sano juicio le cabe duda alguna hoy que José Luis Rodríguez Zapatero, es el verdadero enemigo del pueblo, y de la democracia, que no duda en usar en su exclusivo beneficio, al igual que los dictartorzuelos bananeros Hugo Chávez en Venezuela o Fidel Castro en Cuba.

Las «cadenas de la Constitución» con las que Jefferson pretendía atar corto a los gobiernos, para que no se comportaran como vulgares criminales, para no tener que meternos entre rejas, se han revelado ineficaces en el caso del político de León. Desde que llegó a La Moncloa en 2004, una y otra vez se ha pasado por la entrepierna la Carta Magna, con el único objetivo de permanecer el mayor tiempo posible en el poder.

Lo hizo otorgando un estatuto de autonomía a los catalanes que vulnera en más de cien artículos el texto aprobado por mayoría de todos los españoles en 1978 y lo sigue haciendo al negociar con la banda terrorista ETA a espaldas de los españoles ─ un grupo de criminales de la peor especie ─ la integridad y unidad de la nación española, como si España fuera su cortijo particular y pudiera venderlo o regalarlo a su antojo.

Experto en el empleo de las malas artes de la política, ha vuelto a poner en práctica su habilidad de tahúr en el día de ayer, al llegar a un pacto con el PNV para transferir al País Vasco 20 competencias a las que sus antecesores se habían negado reiteradamente con el fin de que los Presupuestos Generales del Estado de 2011 se aprueben y se mantenga la agonía de la nación durante otros 18 meses, hasta las elecciones de marzo de 2012.

El hecho de que los vascos disfruten de un régimen fiscal privativo (el Concierto Económico), que supone un agravio comparativo con el resto de los españoles, parece haberle importado muy poco. Dispuesto a ensanchar aún más las diferencias entre los ciudadanos del mismo país, acaba de transferirles las políticas de empleo (472 millones), la inspección de trabajo, el control marítimo de las aguas de jurisdicción española en el País Vasco (lo que les permitirá al Gobierno Vasco disponer de su Marina de Guerra con alcance al menos de 12 millas, como ocurrió en los nueve primeros meses de la Guerra Civil) y otros asuntos relacionados con el empleo.

ALGUNAS DE LAS CONCESIONES, COMO EL CONTROL DE LAS AGUAS TERRITORIALES, PERMITIRAN AL PNV CONTAR CON SU MARINA DE GUERRA DE BOLSILLO, COMO OCURRIÓ EN LA GUERRA CIVIL

Llama la atención igualmente, que mientras otras regiones españolas han visto paralizadas sus obras de alta velocidad por los problemas financieros derivados de la crisis, el Gobierno Zapatero se haya comprometido a acabar con fondos del Estado, antes de 2016, la alta velocidad vasca como si el Concierto Económico no fuera suficiente y a cambiar la toponimía de las provincias vascas utilizando las euskéricas para denominar a partir de ahora a las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava.

Esta vergonzosa bajada de pantalones ante un partido derrotado en las últimas elecciones autonómicas y ajeno al poder revela quién de verdad manda en Euskadi y supone, además, una puñalada trapera al Partido Socialista de Euskadi, convertido en convidado de piedra en las negociaciones.

ADEMÁS DE PERMITIR A LOS POLITICOS VASCOS ASISTIR A LAS REUNIONES DEL ECOFÍN EL GOBIERNO SE HA COMPROMETIDO EN SECRETO A DARLES PARTICIPACIÓN EN UNA SEGUNDA FASE EN OTRAS INSTITUCIONES COMO EL TRIBUNAL EUROPEO DE LA COMPETENCIA O EL BANCO EUROPEO DE INVERSIONES

Al margen del rédito electoral que puede restarle a Patxi López en los comicios que se avecinan, lo verdaderamente preocupante son los pactos secretos que socialistas y nacionalistas vascos han firmado en materia de política territorial (incorporación de Navarra a Euskadi), coparticipación de los consejeros vascos en el Ecofín con el fin de poder defender su régimen fiscal especial, contrario a las directivas europeas (logrado en este acuerdo). Y, por si eso fuera poco, en otros organismos de la UE (Banco Central Europeo, Banco Europeo de Inversiones, Tribunal de la Competencia Europeo, Comité Económico y Social Europeo) para poder defenderse las de las numerosas denuncias por competencia desleal presentadas por Navarra, Cantabria y La Rioja. A todo ello hay que unir el compromiso de ceder en el plazo de dos años de la política penitenciaria (las cárceles) al Gobierno Vasco, asunto al que no se ha podido llegar actualmente (en contra de lo que ocurre en Cataluña) hasta que ETA deje de matar pues, como le dijo en privado Rodríguez Zapatero al dirigente del PNV Iñigo Urkullu, por ahora «los españoles no entenderían que pusiéramos a las gallinas [en referencia a los nacionalistas] a guardar a los zorros (ETA)».

De dónde cabe deducir, como dijo Jefferson que «los enemigos del pueblo son, en este caso, además de los criminales, los nacionalistas y el propio Gobierno». Las cadenas de la Constitución, que en el caso americano sirvió para poner freno a los desmanes de los políticos y limitar y reconducir sus ansias de poder a un marco pactado y consensuado por todos, en el caso español han resultado poco eficaces ante un político sin escrúpulos, dispuesto a vender a su país a los enemigos de éste con tal de satisfacer su vanidad y su estúpido orgullo de gobernante mediocre e inane. Porque, en contra de lo que dijo el estadista nortemericano, Rodríguez Zapatero es la «versión legalizada y amparada por su cargo de la delincuencia común».

ZAPATERO VENDE ESPAÑA A LOS NACIONALISTAS VASCOS, INCLUIDOS LOS NOMBRES DE LAS PROVINCIAS, PARA GANAR 18 MESES DE PODER PARA ÉL Y DE AGONIA PARA LA NA

Cuando escribió su celebre frase «The two enemies of the people are criminals and government, so let us tie the second down with the chains of the Constitution so the second will not become the legalized version of the first», con motivo de la proclamación de la Constitución de los Estados Unidos de América, en 1787, Thomas Jefferson, tercer presidente (1801-1809) de la nación más poderosa del mundo, no sabía de que manera se había equivocado en el caso de España.

Sin olvidarnos de sus antecesores, Adolfo Suárez, que regaló el País Vasco y Cataluña a PNV y a Convergencia i Unió, pensando que Xavier Arzalluz era un cándido esuita vestido de laico y que Jordi Pujol estaba hecho de la misma madera que Josep Tarradellas; sin pasar por alto las concesiones hechas a los nacionalistas por Felipe González y, en menor medida, por José María Aznar, a nadie en su sano juicio le cabe duda alguna hoy que José Luis Rodríguez Zapatero, es el verdadero enemigo del pueblo, y de la democracia, que no duda en usar en su exclusivo beneficio, al igual que los dictartorzuelos bananeros Hugo Chávez en Venezuela o Fidel Castro en Cuba.

Las «cadenas de la Constitución» con las que Jefferson pretendía atar corto a los gobiernos, para que no se comportaran como vulgares criminales, para no tener que meternos entre rejas, se han revelado ineficaces en el caso del político de León. Desde que llegó a La Moncloa en 2004, una y otra vez se ha pasado por la entrepierna la Carta Magna, con el único objetivo de permanecer el mayor tiempo posible en el poder.

Lo hizo otorgando un estatuto de autonomía a los catalanes que vulnera en más de cien artículos el texto aprobado por mayoría de todos los españoles en 1978 y lo sigue haciendo al negociar con la banda terrorista ETA a espaldas de los españoles ─ un grupo de criminales de la peor especie ─ la integridad y unidad de la nación española, como si España fuera su cortijo particular y pudiera venderlo o regalarlo a su antojo.

Experto en el empleo de las malas artes de la política, ha vuelto a poner en práctica su habilidad de tahúr en el día de ayer, al llegar a un pacto con el PNV para transferir al País Vasco 20 competencias a las que sus antecesores se habían negado reiteradamente con el fin de que los Presupuestos Generales del Estado de 2011 se aprueben y se mantenga la agonía de la nación durante otros 18 meses, hasta las elecciones de marzo de 2012.

El hecho de que los vascos disfruten de un régimen fiscal privativo (el Concierto Económico), que supone un agravio comparativo con el resto de los españoles, parece haberle importado muy poco. Dispuesto a ensanchar aún más las diferencias entre los ciudadanos del mismo país, acaba de transferirles las políticas de empleo (472 millones), la inspección de trabajo, el control marítimo de las aguas de jurisdicción española en el País Vasco (lo que les permitirá al Gobierno Vasco disponer de su Marina de Guerra con alcance al menos de 12 millas, como ocurrió en los nueve primeros meses de la Guerra Civil) y otros asuntos relacionados con el empleo.

ALGUNAS DE LAS CONCESIONES, COMO EL CONTROL DE LAS AGUAS TERRITORIALES, PERMITIRAN AL PNV CONTAR CON SU MARINA DE GUERRA DE BOLSILLO, COMO OCURRIÓ EN LA GUERRA CIVIL

Llama la atención igualmente, que mientras otras regiones españolas han visto paralizadas sus obras de alta velocidad por los problemas financieros derivados de la crisis, el Gobierno Zapatero se haya comprometido a acabar con fondos del Estado, antes de 2016, la alta velocidad vasca como si el Concierto Económico no fuera suficiente y a cambiar la toponimía de las provincias vascas utilizando las euskéricas para denominar a partir de ahora a las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava.

Esta vergonzosa bajada de pantalones ante un partido derrotado en las últimas elecciones autonómicas y ajeno al poder revela quién de verdad manda en Euskadi y supone, además, una puñalada trapera al Partido Socialista de Euskadi, convertido en convidado de piedra en las negociaciones.

ADEMÁS DE PERMITIR A LOS POLITICOS VASCOS ASISTIR A LAS REUNIONES DEL ECOFÍN EL GOBIERNO SE HA COMPROMETIDO EN SECRETO A DARLES PARTICIPACIÓN EN UNA SEGUNDA FASE EN OTRAS INSTITUCIONES COMO EL TRIBUNAL EUROPEO DE LA COMPETENCIA O EL BANCO EUROPEO DE INVERSIONES

Al margen del rédito electoral que puede restarle a Patxi López en los comicios que se avecinan, lo verdaderamente preocupante son los pactos secretos que socialistas y nacionalistas vascos han firmado en materia de política territorial (incorporación de Navarra a Euskadi), coparticipación de los consejeros vascos en el Ecofín con el fin de poder defender su régimen fiscal especial, contrario a las directivas europeas (logrado en este acuerdo). Y, por si eso fuera poco, en otros organismos de la UE (Banco Central Europeo, Banco Europeo de Inversiones, Tribunal de la Competencia Europeo, Comité Económico y Social Europeo) para poder defenderse las de las numerosas denuncias por competencia desleal presentadas por Navarra, Cantabria y La Rioja. A todo ello hay que unir el compromiso de ceder en el plazo de dos años de la política penitenciaria (las cárceles) al Gobierno Vasco, asunto al que no se ha podido llegar actualmente (en contra de lo que ocurre en Cataluña) hasta que ETA deje de matar pues, como le dijo en privado Rodríguez Zapatero al dirigente del PNV Iñigo Urkullu, por ahora «los españoles no entenderían que pusiéramos a las gallinas [en referencia a los nacionalistas] a guardar a los zorros (ETA)».

De dónde cabe deducir, como dijo Jefferson que «los enemigos del pueblo son, en este caso, además de los criminales, los nacionalistas y el propio Gobierno». Las cadenas de la Constitución, que en el caso americano sirvió para poner freno a los desmanes de los políticos y limitar y reconducir sus ansias de poder a un marco pactado y consensuado por todos, en el caso español han resultado poco eficaces ante un político sin escrúpulos, dispuesto a vender a su país a los enemigos de éste con tal de satisfacer su vanidad y su estúpido orgullo de gobernante mediocre e inane. Porque, en contra de lo que dijo el estadista nortemericano, Rodríguez Zapatero es la «versión legalizada y amparada por su cargo de la delincuencia común».

EL FIN DE LA DICTADURA: LA AGONIA DE FRANCO Y EL LENTO DESPERTAR DE TODOS NOSOTROS

CRÓNICA SENTIMENTAL DE LA HISTORIA RECIENTE DE ESPAÑA, CON MOTIVO DEL CENTENARIO DEL PERIÓDICO EL DIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE
La escena me vuelve a la cabeza como si fuera hoy. Ernesto Salcedo Vílchez, un hombre menudo, nervioso, con los dientes amarillos por la nicotina, director de El Día, abrió la puerta que comunicaba su despacho con la redacción y me pidió que entrara.
─ Me ha llamado el gobernador civil. Mañana hay convocada huelga general y de eso no podemos hablar.
─ ¡Vaya por Dios! Pues yo tengo citados a los sindicatos para las cinco de esta tarde. ¿Podemos escribir de «plataformas reivindicativas salariales» sin mencionar la huelga?
─ Escribe lo quieras. Pero de la huelga ni una palabra.
Estábamos a comienzos de 1976 en el primer Gobierno de la monarquía que presidía Carlos Arias Navarro. El Gobernador Civil era Modesto Fraile, un político franquista segoviano, de Cuellar, ya desaparecido, que en 1977 se pasaría a la UCD. Y los representantes sindicales los líderes clandestinos de CC.OO, USO y UGT.
Sentado delante de la máquina de escribir, los entreviste a todos a la vez, en la sala de espera del director, escribiendo de corrido preguntas y respuestas, tal y como iban saliendo, como si se tratara de un poema archisabido de tanto recitarlo. Con el texto y las fotografías de Juan Hernández hicimos una doble página que, con el visto bueno del director, iban a publicarse al día siguiente.
Nunca vieron la luz. A primera hora de la mañana cuando llegue de nuevo a mi segunda casa en la Avenida de Buenos Aires 69, la Policía rodeaba el edificio de Herederos de Leoncio Rodríguez y se llevaba los ejemplares aún con el fuerte olor a tinta fresca. El periódico había sido secuestrado.
Fue aquella la segunda vez que los «grises» impedían que El Día acudiera a su cita diaria con los lectores (la primera había sido por un artículo de José María Hernández Rubio pidiendo la legalización de los partidos) pero me consta que hubo otros intentos. Nunca supe cómo le sentó a la empresa las pérdidas ocasionadas, pero aquella fue parte de mi contribución a la dura tarea de homologarnos con Europa.
El periódico El Día había nacido en 1910 con el nombre de La Prensa, gracias al compromiso político e ideolígico de un grupo de intelectuales tinerfeños entre los que destacaban Leoncio Rodríguez y Benito Pérez Armas,. Salió a la calle como periódico republicano 16 años después de la restauración borbónica, 13 antes de la Dictadura de Primo de Rivera y 21 de que se proclarama la II República. Sus primeros números aparecieron al poco de la Semana Trágica de Barcelona, apenas un año despues del ascenso de Alfonso XIII al trono, en plena Guerra del Rif, cuando todavía se vivía la tragedia de la pérdida de las últimas colonias (Cuba y Filipinas) y algunos escritores, entre ellos Benito Pérez Galdos, comenzaban a hablar tibiamente de regeneracionismo.
Fue aquella una arriesgada aventura en aquel convulso y atormentado periodo en el que, tras el Pacto de El Prado de finales del XIX entre Antonio Canovas del Castilllo y Praxedes Mateo Sagasta aún vigente, con José Canalejas, asesinado dos años más tarde, como presidente del Gobierno el sistema empezaba a resquebrajarse. Tras la Guerra Civil su ideológía republicana aún más acentuada le llevó a convertirse en uno de los muchos rotativos incautados por la Falange y convertidos en órgano oficial de la Prensa del Movimiento, estigma del que se liberó años después al llegar a un compromiso con el Régimen, para transformarse en un periódico moderno y progresista ya con el nombre de El Dia.
Algo más de medio siglo más tarde, en el 69, llegue por primera vez a la redacción del periódico de la mañana sin haber comenzado aún mis estudios en la Universidad. Allí Pancho Ayala, subdirector del diario y Consejero Provincial del Movimiento, acogía mis artículos y los publicaba en las páginas dedicadas a las islas. No me resultó extraño, por tanto, que nada más ingresar en la Escuela Oficial de Periodismo fuera el propio Ayala quien me pidiera que me incorporara a la redacción. Una deuda de gratitud que aún tengo con el maestro, ejemplo de dignidad y tolerancia.
Fue así como uní mi vida y mi futuro a una de las redacciones más jóvenes, dinámicas, progresistas y abiertas de la prensa española, de la que formábamos parte Olga Álvarez, Elfidio Alonso, Luis León Barreto, Luis Ortega, Julián Ayala, Joaquín Reguero, Álvaro Castañeda, Ricardo Acirón, Plácido Bazo, Juan Cruz y los más veteranos Juan Antonio Padrón Albornoz, José Alberto Santana (Altober), Pancho Hernández, Luis Álvarez Cruz, Secundino González (Tinefe), Gilberto Alemán, el columnista y propietario del rotativo Domingo Rodríguez y Juan Pérez Delgado (Nijota), entre otros.
Onubense, ex seminarista, licenciado en Filosofía y Letras y Periodista, amigo de algunos falangistas como Manuel Hedilla o Dionisio Ridruejo, represaliado por el Régimen al igual que éstos, Salcedo ejercía como director de orquesta pero era uno más de los nuestros, el más veterano y curtido pero también el más joven e inquieto de los redactores que nos habíamos propuesto hacer al estilo europeo la «revolución pendiente» del franquismo y cambiar la historia de España con las armas de la palabra y de la letra impresa.
Porque nuestro papel no era sólo publicar noticias. Muchos soñábamos con construir una sociedad abierta y pluralista, alcanzar el futuro con las manos, y nos sentíamos, mitad reporteros y mitad abanderados y defensores de la libertad. Pese a las primeras y tibias reformas, entre ellas la Ley de Prensa e Imprenta de 1962, la dictadura de nuestra infancia y juventud temprana se negaba a morir y era necesario forzar su desaparición.
Por eso, cuando aún estaba vedado hablar de política, nuestros primeros reportajes eran crónicas de denuncia social, en las que poníamos de relieve la pobreza y la marginalidad de las barriadas de Santa Cruz (sin agua, luz ni alcantarillado), el abandono del campo y el aislamiento de las islas frente a la península, tan cerca de Madrid para enviarnos a decenas de políticos que venían a decirnos lo qué teníamos que hacer y tan lejos en los momentos de tomar decisiones cruciales para el desarrollo y porvenir del archipiélago. Constituía, además, nuestra particular forma de movilizar a una sociedad aletargada y dormida por años de dictadura.
Porque esa contestación, esa rebeldía que anidaba dentro de todos nosotros, nos llevó a tomar conciencia del estrecho corsé en que la dictadura había encuadrado a los españoles (sin libertades de asociación, reunión, expresión ni partidos políticos y sindicatos), de la inmensa cárcel que era la España heredada de nuestros padres y las numerosas cadenas que debíamos romper, una a una, para alcanzar la condición de ciudadanos libres e iguales.
En una Europa democrática, los españoles y, por ende los canarios, junto con los portugueses, constituíamos el último reducto de gobiernos autoritarios. De los dos grandes cataclismos políticos del siglo XX ─ el nacional socialismo y el comunismo ─ el primero había sido volado de la faz de la tierra en 1945 en la más feroz de las contiendas bélicas de la historia. Pero los aliados se detuvieron en los Pirineos con lo que las representaciones ibéricas de Hitler y Mussolini, las dictaduras de Antonio Oliveira Salazar en Portugal y la de Francisco Franco en España, habían sobrevivido hasta los setenta.
TRAS LA REVOLUCIÓN DE ABRIL DE 1974 ALGUNOS INTENTAMOS UTILIZAR SU EXPERIENCIA PARA ACABAR CON LA DICTADURA. EL RÉGIMEN LO HIZO IMPOSIBLE
El primer aldabonazo que nos hizo darnos cuenta que el futuro de España estaba a la vuelta de la esquina y que dependía, en gran parte, de lo que hiciéramos las jóvenes generaciones de periodistas ocurrió un 25 de abril de 1974. Al ritmo de una canción ─ Grândola Vila Morena─ en Portugal un grupo de militares habían puesto fin al régimen personalista de Marcelo Caetano, el sucesor de Salazar. Unos meses antes, el presidente del Gobierno español, Luis Carrero Blanco, había sido asesinado por ETA y el régimen empezaba a dar sus primeros síntomas de descomposición y de debilidad.
La «revolución de los claveles» fue una especie de consigna. Recuerdo haber estado un mes largo en Lisboa desde donde envié una serie de crónicas en El Día exponiendo la posibilidad de trasplantar aquella revolución pacífica a España, cosa que el Ejército y especialmente el Servicio Central de Documentación de Presidencia del Gobierno (SECED), el servicio secreto de Carrero Blanco, se ocupó de impedir, deteniendo a los militares comprometidos con la democracia.
Ello no impidió que el lento despertar de todos nosotros se acelerara [Tres meses más tarde se creó en París la Junta Democrática y, poco después, la Plataforma de Convergencia Democrática] y que, aunque la mayoría de los acontecimientos políticos de relevancia se produjeran fuera de las islas, El Día se encargara de dar voz a la oposición extramuros del sistema, colocando delante la palabra «ilegal» o «clandestina», así como de los viajes que hicieron a Tenerife Alfonso Guerra (irreconocible tras una larga barba de monje trapense) o Felipe González quien, en una reunión clandestina en Tacoronte, nos explicó como íbamos a imponer la «ruptura democrática» al régimen de Franco mediante la Huelga General Revolucionaria, la gran e irrealizable utopía.
Eran tiempos aquellos de incertidumbre, de dificultades y también de compromiso y de lucha sin que se pudiera atisbar claramente el final, donde lo viejo se negaba a desaparecer y lo nuevo tardaba en eclosionar. En la redacción de El Día convivíamos dos generaciones de periodistas, los partidarios de la evolución pacífica del Régimen de Franco y los que pretendíamos acelerar sus muerte. Eran dos formas contrapuestas y hasta antagónicas de ver la vida y la política, pero no alcanzo a atisbar ningún enfrentamiento personal entre nosotros. Recuerdo, eso sí, un día en que Ayala me mandó a cubrir una reunión del Consejo Provincial del Movimiento, cuyos actos eran hasta entonces secretos. Lo hice y comprobé que su programa podía haber sido compartido incluso por el PSOE o el PCE.
Pronto me di cuenta, sin embargo, de que aquellas escenificaciones periodísticas constituían los últimos y desesperados intentos del Sistema de aparentar lo que no era, y que ya no conducían a nada ni engañaban a nadie. A partir de entonces, la otra política, la que se hacía fuera de las instituciones, dejó de bailarse al ritmo del tango: dos pasos adelante y uno hacia atrás. Brotaron así como hogos, casi por arte de magia, de la noche a la mañana, decenas de partidos y grupúsculos, cada uno de su padre y de su madre, y donde la única seña de identidad creíble era el apellido comunista y donde, con frecuencia, los árboles no nos dejaban ver el bosque.
Resultaba sintomática a este respecto, por ejemplo, la quema de guaguas en La Laguna, y la enfermiza obsesión estudiantil contra Leoncio Oramas, de la que nos hacíamos eco en el periódico, por ser Oramas uno de los dueños de la empresa de autobuses. Pese a que se trataba de un liberal antifranquista que llegó a formar parte del Consejo Político de don Juan de Borbón en Estoril y el primer alcalde de la capital que puso en marcha un «plan de barrios» para acabar con las infrahumanas condiciones de vida de los núcleos periféricos de Santa Cruz, el pedigree de demócrata no era suficiente.
Tras la revolución de abril, la política que hasta entonces se hacía en la Universidad de La Laguna y en los despachos de abogados ─ en el de Pepe Badía, Antonio Carballo Cotanda, Julito Pérez y otros [Viera y Clavijo, 63], cercano al PSOE; en el colegio mayor San Fernando dirigido por Jerónimo Saavedra; en casa de Paco Tobar o María Jesús de Pablos; en el de Antonio González Bieitez y Oscar Bergasa, en Las Palmas; en torno a la revista Sansofé de José Carlos Mauricio y Pepe Alemán, etc─, saltó de pronto a la calle y el parque García Sanabria se convirtió en un «manifestodromo» con los agentes de la Brigada Político Social apuntando a los periodistas con sus pistolas desde los bolsillos de sus chaquetas o simulando que las tenían, para tratar de amedrentarnos.
EN EL DIA FUIMOS LOS PRIMEROS EN PUBLICAR UN REPORTAJE DE LA TORTURA DEL FRANQUISMO. LA PRENSA DE MADRID COOPIO LA IDEA Y NOS SUPERO AMPLIAMENTE
Y ocurrió que un día, el 25 de octubre de 1975, se les fue la mano y mataron a un obrero, Antonio González Ramos, militante del PUCC (Partido de Unificación Comunista de Canarias) y la autopsia determinó que había sido torturado y le habían hundido las costillas. Yo por entonces era, además de redactor de El Día, corresponsal de Cuadernos para el Diálogo, colaborador de Gaceta de Derecho Social y de Comunicación 2000 y me encargue de que la noticia, que no podía publicarse en las islas, saliera en Cambio 16, Triunfo y la revista que dirigía Pedro Altares. A la semana siguiente, Cambio 16 contrarreplicó ilustró con un amplísimo reportaje sobre las torturas en el País Vasco, que convertía en anécdota lo ocurrido en Tenerife, pero nosotros habíamos sido los pioneros en desenmascarar que en las mazmorras del franquismo se maltrataba a los opositores al régimen.
Luego, de pronto, después de dos largas agonías en 1974 y 1975, un 20 de noviembre murió Franco, Caudillo de la España grande y libre y hubo una segunda eclosión de demócratas. Para perpetuar su obra, Carlos Arias Navarro se inventó el Espíritu del 12 de Febrero pero a Ernesto Salcedo y a El Día le parecieron que aquel sucedáneo de democracia vigilada no podía prosperar y nos opusimos al engendro. Las crónicas de Pedro Calvo Hernando desde Madrid reproducidas en las páginas dominicales del periódico dan fe de ello. Y también la columna «En dos palabras», ejemplo de periodismo comprometido, del mismo Salcedo.
La desaparición del dictador provocó cambios geopolíticos para las islas, con la descolonización del Sahara, y el por entonces peligroso acercamiento de la frontera con Marruecos y Mauritania a menos de un centenar de kilómetros de Fuerteventura. Y un nuevo fenómeno: la irrupción en las ondas del Movimiento para la Autodeterminación e Independencia de las Islas Canarias (MPAIAC), que dejaba escuchar su voz desde Radio Argel. Su alma mater y único dirigente, Antonio Cubillo Ferreira, era un desconocido para casi todo el mundo pero incitaba a los canarios a la «rebelión contra la Metrópoli», a la «lucha armada» y al rechazo de todo lo foráneo al grito de «canario, si estas casado con una goda ponle los cuernos».
El subdirector de Cuadernos para el Diálogo, Eduardo Barrenechea, había entrevistado a Cubillo en una cumbre de la OEA y en uno de mis viajes a Madrid me dio su teléfono. Y, a partir de ese día, me convertí en el único contacto de la prensa canaria con el dirigente nacionalista y el responsable de publicar sus comunicados reivindicando sus «acciones terroristas», que no eran más que algunos petardos lanzados contra las puertas de los hoteles del Puerto de la Cruz.
EDUARDO BARRENECHEA, SUBDIRECTOR DE CUADERNOS PARA EL DIALOGO, ME CONECTÓ CON ANTONIO CUBILLO, EL LÍDER SEPARATISTA CANARIO. DURANTE AÑOS FUÍ EL ÚNICO CONTACTO CON LA PRENSA DE LAS ISLAS Y DEL RESTO DE ESPAÑA
Cada noticia sobre la «actividad armada» del MPAIAC provocaba un desmentido rotundo. El alcalde de la ciudad turística del norte de la isla, Antonio Castro, se encargaba de hacerlo personalmente. Hasta que, años más tarde, el Gobierno de Adolfo Suárez decidió poner fin a la aventura de este hombre bueno, bondadoso e idealista, y encargó a un matón, José Luis Espinosa Pardo, asesinarle en la ciudad de Argel, una semana después de que Felipe González hubiera llegado con Huari Boumedienne a un compromiso para quitarle la emisora.
Por entonces yo vivía ya en Madrid, formaba parte de la redacción de Cambio 16 y dirigía a un equipo de investigación cuya misión consistía en impedir que los militares salieran de los cuarteles; en persuadirles de que debían dejar la política en manos de los profesionales para que la historia democrática de España dejara de ser un paréntesis en medio de un cúmulo de asonadas, cuartelazos y pronunciamientos como ocurrió en gran parte del siglo XIX. Al final, un año después del «23 F», lo conseguimos al sentar a la plana mayor del involucionismo en un macrojuicio en Campamento, en las afueras de Madrid.
Y ahí, probablemente, acabó la lucha de todos nosotros, por implantar la liberad y la democracia y ponerla en manos de los legítimos depositarios de la soberanía popular. Luego muchos periodistas volvimos a las redacciones a cumplir con nuestro papel de garantes de las libertades y vigías de la clase política que habíamos contribuido a entronizar. Otros, entre ellos los directores de El País y El Mundo, siguieron jugando a la política y enfangando la profesión periodística. Pero esa es ya otra historia.
De aquel periodo en que todos vivimos azarosamente, sin saber si estábamos haciendo periodismo o política, la que más recuerdos agradables trae a mi memoria es la etapa de El Día. Fueron años de rebeldía, de compromiso y de lucha plasmados en el quehacer diario de un periódico desde el que nos propusimos cambiar la sociedad para que la libertad no tuviera que entrar a hurtadillas por la puerta o escapar por la ventana. Y cumplimos nuestro papel desinteresadamente: conquistada la democracia, ya nada, ni nosotros mismos, volveríamos a ser iguales.