Tal vez porque son demasiado aficionados a las películas del Gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, protagonista de films como Conan el bárbaro, Depredador o Terminator, agentes del Departamento de Justicia de los Estados Unidos quieren instalar un dispositivo electrónico, que dispara rayos de alta intensidad dentro de las celdas de todas las cárceles de Estado para someter a distancia y sin riesgo alguno a los reclusos rebeldes y evitar motines dentro de las prisiones.
El aparato en cuestión es un gadget similar al que está ensayando el Go-bierno americano en el programa militar conocido como Guerra de las Galaxias, el cual se experimenta también con éxito para derribar aviones enemigos desde tierra. Por su bajo coste, esta tecnología está llamada a sustituir en breve a los vetustos cañones antiaéreos bitubos, a los sistema de defensa de punto españoles Meroca e incluso a los modernísimos equipos antimisiles Patriot, los más avanzados del mundo.
Lo que nadie se imaginaba hasta ahora es que el artilugio fuera a emplear-se para tener a raya a los internos dentro de las prisiones y reducirlos a una condición infrahumana. Fabricado por la multinacional Raytheon Missile Systems la versión carcelaria consiste en un dispositivo más reducido, una especie de cruce entre un robot y un satélite, de 4 pies de largo (1’2 metros), con cañón giratorio, que se instalaría en los techos de las celdas y se dispararía desde el centro de control de la prisión por un funcionario mediante un simple joystick.
Según el sheriff Lee Baca's se trata de un sistema bastante más humanitario que el de reducir a los presos a porrazo limpio o mediante gases lacrimógenos. «El dispositivo es bastante menos potente que los de uso militar ─dijo─. Al dispararse produce un fuerte dolor en el preso pero no le deja quemaduras ni secuelas ya que el haz calorífico sólo penetra 1/64 por ciento de pulgada en la piel. Tiene un alcance muy reducido, de ape-nas 85 pies (26 metros ), y además sólo se emplea un tiempo máximo de 3 segundos».
Aunque se trata de un programa piloto, experimental, que se está ensayan-do en las prisiones del Sur de California, con una población reclusa sin apenas derechos al estar formada mayoritariamente por delincuentes mexicanos y espaldas mojadas, la idea del Departamento de Justicia es instalarlo dentro de seis meses, una vez demostrada su «eficacia», en to-das las prisiones del Estado. E incluso en las de toda la nación.
Para demostrar la bondad del nuevo misil-antipresos, que ha encontrado muchos defensores entre los funcionarios de prisiones, el sheriff Baca’s añadió que él mismo se había ofreció a hacer de cobaya humana en más de cincuenta ocasiones. «Miren ustedes si es seguro. Como pueden observar no tengo lesión ni secuela alguna». No explicó, en cambio, que ocurriría en el caso de ser utilizado indiscriminadamente contra internos con problemas cardiacos, basculares, o con graves padecimientos.
LAS ASOCIACIONES DE DEFENSA DE LAS LIBERTADES CIVILES HAN CALIFICADO EL PROCEDIMIENTO DE «NUEVO SISTEMA DE TORTURA» CONTRA LA POBLACIÓN RECLUSA EN UN PAIS EN EL QUE LAS CÁRCELES CONSTITUYEN UN MUNDO APARTE CON FRECUENTES ABUSOS
En un país con una larga tradición en la violación de las normas carcelarias y abuso de los reclusos, sometidos con frecuencia a tratos humillantes y vejatorios, encerrados en celdas de aislamiento para animales, e incluso obligados a realizar trabajos forzados en muchos estados, y a prestar favores sexuales a algunos funcionarios pervertidos, el proyecto de Raytheon/Departamento de Justicia de llevar la Guerra de las Galaxias a las cárceles para controlar mediante robots y rayos láser a los presos ha levantado una oleada de protestas en todo el Estado.
Según relata el reportero de Associated Press Thomas Watkins las poderosas asociaciones de defensa de las Libertades Civiles del Sur de California, han señalado que se trata de una «forma de tortura y de humillación innecesaria a los internos a los que se trata como si fueran máquinas y no personas». El nuevo método de control se considera más siniestro y perverso que el practicado en las prisiones secretas de Abu Ghraib o Guantánamo contra los terroristas de Al Qaeda, que tantas polémicas ocasionó durante el mandato de George Bush.
«Bastaría que un inmate no se levantara a tiempo, que no pudiera moverse por cualquier enfermedad o se negara a obedecer las órdenes de un funcionario para que se le dejara seco de un rayo sin que pudiera elevar ninguna queja al no existir lesiones ni marcas de lo ocurrido», han señalado. Angélica Arias, un abogado del condado y supuesta supervisora independiente del programa opina lo contrario. «El nuevo procedimiento salvará vidas ya que será operado por funcionarios de prisiones especialmente entrenados para ello. El dispositivo no se puede operar aleatoriamente sino que cada vez que se emplee un vídeo grabará automáticamente contra quien se empleó y cuáles han sido los resultados».
Este terrorífico sistema vulnera, además, el derecho positivo de los países occidentales más avanzados que establece que quienes hayan vulnerado las leyes son condenados a pasar un determinado periodo de tiempo en la cárcel. La condena se reduce pura y exclusivamente sólo la privación de libertad del individuo, la restricción de movimientos para que no siga delinquiendo, y a la privación de sus derechos constitucionales.Cualquier otro o medio, desde los trabajos forzados al control por video-cámaras de las celdas y la neutralización de los reclusos rebeldes fulminándolos con rayos láser constituye una nueva pena añadida, intolerable en un sistema de libertades.
El nuevo invento, más cercano al mundo de la ciencia ficción de películas como Avatar, Tron o La Rebelión de los Simios que a la realidad, humilla y degrada además al ser humano, por muchos delitos que haya cometido en su vida, al reducirle a la condición de una bestia salvaje contra la que se pueden usar todo tipo de artilugios con tal de tenerla sometida, controlada y que no cree problemas a los carceleros y a las autoridades estatales.
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