Saturday, June 19, 2010

UN TEXTO LEGAL SOCIALISTA COLADO EN EL CONGRESO DENTRO DE LA LEY DE PRESUPUESTOS PERSIGUE A LOS HOMBRES SEPARADOS HASTA DESPUES DE MUERTOS

LA REFORMA LES ROBA LA PENSIÓN DE VIUDEDAD EN BENEFICIO DE SU PRIMERA MUJER SI LA SEPARACIÓN HA SIDO CONTENCIOSA, SIN TENER EN CUENTA SI HUBO VIOLENCIA O NO Y DESHEREDA A SU SEGUNDA MUJER Y A SUS DESCENDIENTES

Los varones que hayan estado casados o hayan tenido algún tipo de relación afectiva con una mujer (aunque esta sólo haya durado un día) y hayan acabado en los juzgados de Violencia de Género, exista sentencia favorable o no, han sido expropiados de sus derechos pasivos a su muerte, que pasan a ser disfrutados por la señora que le denunció a partir de su fallecimiento durante el tiempo que sobreviva a su expareja (20, 30 o 40 años).
Esta monstruosidad jurídica, esta barbaridad inconstitucional, que jamás se le ocurrió a los más atroces dictadores o sátrapas de la Humanidad, desde Nerón a Adolfo Hitler, esta en vigor en España desde la Ley de Acompa-ñamiento de los Presupuestos Generales del Estado de 2010 que modifican en este sentido el artículo 174.2 de la Ley General de la Seguridad Social y priva al hombre separado en un proceso contencioso de todos sus dere-chos y le impide incluso rehacer su vida, tratando de convertirle en una especie de desecho o piltrafa humana, que es lo que las feministas radica-les han pretendido siempre y, en esta ocasión, lo han conseguido.
Analicemos con un cierto detalle el asunto para ver en toda su magnitud la tremenda arbitrariedad e injusticia que establece de esta medida, aprobada con el apoyo del grupo Parlamentario Socialista, sin una sola voz discre-pante. La Ley General de la Seguridad Social vigente hasta 2009 estable-cía en su artículo 174.2 lo siguiente:
Punto 2. En los supuestos de separación o divorcio, el derecho a la pen-sión de viudedad corresponderá a quien sea o haya sido cónyuge legítimo, en este último caso siempre que no hubiese contraído nuevas nupcias , en cuantía proporcional al tiempo vivido con el cónyuge fallecido, con independencia de las causas que hubieran determinado la separación o el di-vorcio. En caso de nulidad matrimonial, el derecho a la pensión de viude-dad corresponderá al superviviente respecto del que no cupiera la apre-ciación de mala fe y siempre que no hubiera contraído nuevas nupcias, en cuantía proporcional al tiempo vivido con el causante.
Este texto legal, en concordancia con la legislación europea, era plenamente constitucional. Establecía que si un hombre, por ejemplo, se había casado dos veces y había tenido dos sociedades conyugales, una con la que fuera su primera mujer que había durado 30 años y otra con la segunda de 15, tras su muerte su primera esposa tiene derecho a los 2/3 de la Pensión de Viudedad y la segunda a 1/3.
Esto es lo justo, lo equitativo y equilibrado y está en consonancia con lo que dicen todas las leyes europeas sobre la materia. La Ley de Acompañamiento a la LGP de 2010, debido a las presiones de las feministas tali-banes, cambia radicalmente el texto y asegura «las mujeres víctimas de violencia de género que se hayan separado de sus maridos, tendrán derecho a cobrar el 100 por ciento de la pensión de viudedad de su ex marido».
En todo caso -se afirma taxativamente- , tendrán derecho a la pensión de viudedad las mujeres que, aún no siendo acreedoras de pensión compensatoria, pudieran acreditar que eran víctimas de violencia de género en el momento de la separación judicial o el divorcio mediante sentencia firme, o archivo de la causa por extinción de la responsabilidad penal por fallecimiento; en defecto de sentencia, a través de la orden de protección dictada a su favor o informe del Ministerio Fiscal que indique la existencia de indicios de violencia de género, así como por cualquier otro medio de prueba admitido en Derecho».
Conviene añadir que la disposición final tercera de la Ley de la Seguridad Social en vigor afirma que
el reconocimiento del derecho a la pensión de viudedad no quedará condicionado a que la persona divorciada o separada judicialmente sea acreedora de la pensión compensatoria", "que entre el fallecimiento del varón y la separación conyugal no haya transcurrido un periodo superior a los diez años", "que la pareja haya estado casada un tiempo mínimo de diez años, que exiostan hijos comunes del matrimonio" y que la mujer "tenga una edad superior a los 50 años".
Todas estas supuestas cautelas legales no son más que papel mojado. No constituyen obstáculo alguno, para que muchar mujeres separadas salgan beneficiadas con esta tmodificación de la Ley, salvo excepciones. "Bastaría señalar --me decía un letrado ayer-- que aunque el matrimonio duró dos meses, la convivencia entre la pareja databa de diez años tras". Es decir, hecha la ley hexcha la trampa. Además, ¿qué juez desalmado le va a negar la Pensión de Viudedad a una mujer desvalida, con le feminismo talibán presionando en todos los estamentos?
El nuevo texto, como puede verse «confisca» al varón ya castrado ya privado en vida de una gran parte de sus derechos de los pocos que le quedaban a su muerte, por aplicación de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Los reduce poco menos que a la condición que los esclavos tenían en la antigua Roma, al ser expropiados injustamente de todos sus derechos y los convierte en personas de segunda clase, al planearles una dificultad más para que puedan casarse y rehacer su vida.
Si lo hacen saben de antemano que su mujer legítima y sus hijos se van a quedar desamparados y sin la pensión a la que tienen derecho por su trabajo y su esfuerzo a lo largo de la vida. Y esto ocurre, si la relación con la primera mujer fue de un día, de un mes o de un año (por poner un ejemplo extremo) y con la segunda pasó el resto de su vida (20, 30 o 40 años). A ninguno de los políticos más arbitrarios, tiranos y despóticos que ha gene-rado la humanidad ─ desde Calígula, el primer enemigo de la infancia, a Stalin o a Mao Tse Tung─, se les ocurrió una barbaridad semejante.
Esta Ley, por otra parte, es la única de las existentes que castiga al hombre en la vida y en la muerte y va en contra del derecho natural. El delito, en caso de haberse cometido, no se extingue al haber cumplido la sentencia, como establece el Derecho positivo, sino que le persigue a lo largo de su vida e incluso en la tumba, violando ese principio jurídico inamovible que afirma que «con el fallecimiento de una persona desaparece cualquier res-ponsabilidad penal» y por ende la civil, que es siempre menos lesiva.
La Ley, y esto es duro decirlo pero no queda más remedio que hacerlo, reduce poco menos que a la condición de prostitutas a algunas mujeres (no a todas) las cuales, por el hecho de haber compartido cama con un varón unas cuantas veces en la vida, hasta que la relación se rompe, aunque no hayan tenido descendencia, se creen con derecho a ser recompensadas económicamente por su ex marido, al que la mayoría odian, incluso hasta mucho después de su muerte.
Es, por otra parte y sin ir más lejos, lo que buscan la mayoría de las femi-nistas al oponerse a la custodia compartida: que la mujer no se quede sin casa y sin pensión compensatoria en muchos casos. Sin tener en cuenta que en 2010 no estamos en la Edad Media. En la actualidad, la mayoría de las mujeres gozan de iguales derechos que los varones en todos los ámbi-tos y el 65 por ciento de ellas trabajan y se ganan la vida al igual que los hombres, aunque las feministas continúan insistiendo que existe una des-igualdad salarial entre los dos sexos, lo que en muchísimos casos es absolutamente falso.
Las consecuencias jurídicas, sociales y humanas de esta ley, que reduce al hombre divorciado en un proceso contencioso pura y exclusivamente a una máquina de producir dinero para que su ex mujer lo disfrute, constituye la más abusiva y parcial forma de gobernar de los 30 últimos años.
Reduce a los gobernantes socialistas que están llevando a la ruina a mu-chos varones por el solo hecho de sufrir un proceso de separación o divorcio, además de en unos inútiles ─hecho que no es siquiera necesario decirlo─, en unos delincuentes políticos y un sinvergüenzas, aunque estén amparados por la voluntad popular y el cargo que ostentan.
LA RESPONSABILIDAD PENAL (Y POR ENDE LA CIVIL) PRESCRIBE CON LA MUERTE, SALVO SI ERES VARON Y TE HAS SEPARADO, EN ESTE ENGENDRO LEGAL PROMOVIDO POR ZAPATERO Y SUS SECUACES
Porque robarle sus pertenencias a los muertos hasta ahora sólo se había visto en las guerras y lo practicaban especialmente las tropas mercenarias (el derecho al botín). Los socialistas, esos siniestros mercenarios de la po-lítica, lo han instaurado ahora en España y, además, en forma camuflada-mente, con nocturnidad y alevosía, en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estado, que nadie, ni siquiera los diputados leen, para que miles de mujeres muchas de ellas, no todas, despechadas , otras traumatizadas por el proceso de separación y unas terceras auténticas arpías atraquen a su ex esposos.
Y luego, el feminismo talibán, el llamado Observatorio de Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial, el Instituto de la Mujer, el Ministerio de la Desigualdad y otros centenares de instituciones dedicadas a vivir de la sopa boba y de las desgracias de los hombres separados, afir-man que no hay denuncias faltas en los juzgados. Pues voy a aclararles una cosa por si aún no la saben: En todos los juzgados de Violencia de Es-paña ─absolutamente en todos─ se producen denuncias falsas todos los días instadas la mayoría de ellas por mujeres y por sus abogados.
Eso ocurre, pura y simplemente, porque los juzgados de Familia están atascados y divorciarse por medio de ellos, como manda la Ley, supone esperar 2 o 3 años. En los llamados Juzgados de Violencia de Género, au-ténticas máquinas de triturar hombres, puede conseguirse lo mismo (más la casa, los hijos, la pensión y, además, de regalo una orden de alejamiento del marido) en menos de una semana. Para que esto ocurra ─ y ocurre to-dos los días centenares de veces─ basta con que la mujer ponga una de-nuncia falsa por malos tratos físicos o psicológicos.
Por lo tanto, por si ya no había un «coladero legal» suficientemente ancho para que se denuncien de forma fraudulenta situaciones de violencia en la pareja, José Luis Rodríguez Zapatero acaba de abrir otro. Al establecer una Ley confiscatoria de bienes y derechos, está incitando a las mujeres con mal café, a acudir a los juzgados de Violencia de Género a machacar a sus ex maridos y a exprimirles los ingresos conseguidos con su última gota de sudor y sangre.
Una idea que, con todos los respetos, me permito brindarle a Sonsoles Es-pinosa, la «prisionera» de La Moncloa, según sus propias declaraciones. Si ese «metrosexual» que tienes por marido no te devuelve a León, como es tu deseo y su obligación, ya lo sabes, eso es maltrato psicológico. ¡Sonsoles, que te lleve a casa o sácale las entrañas!.-JOSE DIAZ HERRERA
Una versión reducida de este artículo se publicó inicialmente en http://www.facebook.com/#!/pages/EL-VARON-CASTRADO/126457024055786?ref=sgm

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