Tuesday, February 8, 2011

LA VIUDA NEGRA DE CANARIAS AMENAZABA A SUS AMIGAS CON SUICIDARSE SI NO LE AYUDABAN A RECUPERAR A SUS HIJAS

UN VIDEO DONDE SE ACUSABA A GONZALEZ Y BRAVO DE LAGUNA DE ABUSAR SEXUALMENTE DE UNAS DE SUS HIJAS SE GRABÓ DOS VECES, AL ESCUCHARSE LA VOZ DE MARIA DOS SANTOS ENSEÑANDO A MENTIR A UNA MENOR.

Nuevo adelanto del libro El Varón Castrado (II)

Al día siguiente iba a tomar parte en la Atlantic Cruising Rally, organizado por el World Cruisings Club (ARC), que partía de la isla de Gran Canaria hacia las Antillas.
Y aquel sábado 23 de noviembre de 2008, el conocido regatista internacional Agustín Juárez quedó en el hotel Santa Catalina con el empresario Rafael González Bravo de Laguna para hablar sobre el futuro de sus hijas A., adoptada en Rumania, y M., hija biológica de Juárez y la casquivana Margarita Manrique de Lara y Martín-Neda, de ocho y diez años en 2011
Desde el 1 de junio de 2007, el industrial tenía atribuida por el juzgado de instrucción 7 de las Palmas de Gran Canaria la guardia y custodia de las niñas, que se la había retirado a la madre de las dos menores, la ya citada Margarita Manrique de Lara por su mala cabeza, al haberse escapado con las niñas de la isla a Jerez y a Cascais (Portugal), desobedeciendo varios requerimientos judiciales. Se había fugado con el propósito deliberado de n el fin de incumplir un convenio regulador suscrito voluntariamente por ella misma el 14 de marzo de 2003, con su ex marido, Rafael González y Bravo de Laguna.
Debido a que los tres padres de las menores ─ Margarita Manrique de Lara, Rafael González y Bravo de Laguna y Agustín Juárez ─ mantenían una docena de pleitos en los tribunales de familia de Las Palmas para reclamar la custodia de sus respectivas hijas, esa tarde-noche, los dos hombres decidieron reunirse. Pretendían unificar criterios e impedir que la madre jurídica de una de las niñas, A., y biológico-putativa de la otra, M., consecuencia de los escarceos amorosos con el regatista al tiempo que estaba casada con González y Bravo de Laguna, no le fueran adjudicadas a la tal Manrique de Lara, que empezaba a dar síntomas de paranoia.
Pero la madre de las niñas, que no se sabe por qué cauces se había enterado del encuentro, se presentó en el bar del hotel dispuesta a amargarle la vida a su ex marido, a insultarlo públicamente, y a exigirle que le entregara las menores, a las que consideraba de su exclusiva propiedad.
─ A este le montó un pollo esta noche ─ le contó Manrique de Lara a La Chama, que es como llaman a una pariente suya M. […] Manrique de Lara, separada y con un hijo, que le acompañaba en aquella aventura con el fin de impedir que hiciera alguna locura.
─ Tranquila Margarita, que como sigas así llama a la policía y te detiene.
─ No. El Urraca [apelativo nada cariñoso por el que se conoce a Rafael González y Bravo de Laguna] me ha robado a mis hijas y está repartiéndoselas con Agustín. No lo voy a consentir. Esta noche me escucha o armo tal escándalo que mañana se entera todas Las Palmas.
─ Margarita, cómo sigas así te van a tomar por loca y no vas a ver a las niñas hasta que sean mayores de edad ─ le tranquilizaba La Chama.
─ ¡Que no! ¡Que no! Que de esta noche no pasa sin que le raje ─ bramaba la dama de alta cuna y baja cama, también conocida en el establecimiento por «Il Corriere de la sera» por sus correrías, corridas o carreras (que cada uno pensaba lo que quería) por determinadas habitaciones del hotel al final de algunas tardes.
DE ATAR.- Desde que fue detenida en Sevilla el 1 de junio de 2007, nueve meses después de que escapara a Portugal secuestrando a sus dos hijas para desobedecer a la Justicia e incumplir el convenio regulador que tenía entonces con su ex marido, que nadie le impuso sino que ella misma había firmado de mutuo acuerdo con él ante un juez de familia, La Chama vivía en un sin vivir en mí.
Sus parientes en segundo grado empezando por el jefe del clan familiar, el abogado de 82 años Pepe Manrique de Lara y Bosch, a quien familiarmente llamaban Don Corleone porque siempre se hacía lo que él quería y el único al que Margarita respetaba, y su madre María Jesús, conocida como la Mamma, le habían encomendado la guarda y custodia de su alocada pariente a ver si entraba en razón y no buscaba la pelea cuerpo a cuerpo con su ex marido.
Pero la madre privada del control de las niñas estaba de atar. Porque aunque Pepe Manrique de Lara le haya dicho al cura que instruyó la causa de nulidad que su ex yerno había convertido el matrimonio con su excelsa y maravillosa hija en «un infierno» y «que le llegó a pegar a Margarita (página 2)», los hechos parecen atestiguar lo contrario. En una ocasión, estando aún casados, aquella mujer de la que se decía no mataba ni una mosca pero que las mataba callando se había presentado en el restaurante La Casita, situado enfrente del hotel Santa Catalina, que entonces regentaba Rafael González y Bravo de Laguna, sacó una tijeras, intentó clavársela a su marido con tan mala suerte para sus competidores en el negocio de las potabilizadoras que solo le produjo un desgarrón en la camisa. Poco después, se reproducía la misma escena en el restaurante Casa Carmelo, en la Playa de Las Canteras. En esta ocasión, el arma esgrimida por la piadosa dama, que se pasaba la vida entre padrenuestro y padrenuestro, fue un cuchillo de grandes dimensiones que tampoco consiguió su objetivo. No era de buen acero y la damisela, dedicada desde su más tierna infancia al dolce far niente, no cayó en la cuenta de que los buenos cuchillos se compraban entonces en Albacete.
Estos dos asuntos no llegaron a los tribunales ya que Bravo de Laguna decidió zanjar las peleas casi a diario con su mujer pidiendo el divorcio, rodeándose de guardaespaldas y dejándole a ella la casa de la calle Reyes Católicos y comprando un piso en la Avenida Marítima «lo más alto posible no sea que le de por venir por aquí». Así y todo, los enfrentamientos continuaron, la mayor parte de ellos después de que la ajada dama huyera a Portugal, fuera detenida y perdiera la guardia y custodia de sus dos hijas en beneficio de su ex marido.
PROVOCADORA.- El último rifirrafe ocurría de hecho en mayo de 2010. Uno de aquellos días de primavera la ex señora de Bravo de Laguna pasó frente al restaurante Casa Jorge y vio a su ex media naranja fundando espero apoyado en el quicio de la mancebía. Y como si fuera la ministra Leire Pajín dispuesta a hacer cumplir la Ley Antitabaco, se puso como una hiena y le lanzó los tres únicos insultos que sabe:
¡Putero!
El Urraca ni se inmutó. Permaneció como una estatua de sal fumando, mientras los transeúntes se arremolinaban en las aceras.
¡Cocainómano!
Rafael González y Bravo de Laguna dio una nueva chupada al pitillo y no se dio por aludido. Sabía que cualquier respuesta, de acuerdo con la Ley de Violencia de Genero podía volverse en su contra y acabar en los calabozos por violencia psicológica.
¡Violador!
El delegado de la empresa Saur, propiedad de la multinacional francesa de la familia Bouygues en España, tragó saliva y apretó los labios. Aunque desde hacía años llevaba escolta, impidió que ésta saliera en su defensa y callara a la fulana. Sin embargo, muchas personas estaban seguras de que un día u otro iba a ocurrir una irreparable desgracia si antes alguien no internaba a Margarita Manrique de Lara Martín-Neda en un establecimiento psiquiátrico.

Por eso, aquel 23 de noviembre de 2008, M. […] Manrique de Lara, lista ella la condenada, tuvo que utilizar todas sus dotes de persuasión para que no montara una bronca más que pudiera acabar en tragedia. Y logró que en lugar de que la «señora» se plantara en mitad del hotel, se pusiera a gritar como una loca o se tomara la justicia por su mano [Sic semper tyrannis], tuviera una conversación en privado con su ex marido.

Agustín Juárez también recuerda aquel momento. «Que yo sepa no hubo bronca ni nada. Margarita apareció por una puerta pálida como un fantasma, quien la ha visto [y la ha catado] y quien la ve, e intentó dirigirse a su ex marido. Pero Rafael, muy caballeroso, se levantó y le dijo que le acompañara a otra estancia para hablar a solas. Al rato, como unos quince minutos después, regresó y tras hacer algún comentario acerca de su ex mujer y sus pretensiones de que violara un auto judicial y le entregara a las niñas y le diera el dinero que era de ella, que tenía todo el derecho del mundo a vivir como una reina, seguimos hablando».

ANTES DE SEPARARSE INTENTÓ APUÑALAR DOS VECES A SU EX MARIDO, SIN QUE EL ASUNTO TRASCENDIERA A LOS TRIBUNALES. LA PAREJA DECIDIÓ OCULTAR EL ESCANDALO Y QUE CADA UNO TOMARA LAS DE VILLADIEGO
BABEANDO.- Lo que pasó a continuación sólo lo sabe La Chama. De regreso a su casa, Margarita empezó a gritar como una loca y le dijo a su pariente que ya no podía más, que era intolerable que sus dos hijas estuvieran viviendo con un extraño, y que tenía que ayudarle a recuperarlas a cualquier precio.
«Tienes que firmarme un escrito en el que diga que has visto a los dos, a Agustín y a Rafael, esnifando coca, riéndose como si fueran dos tontos, como si estuvieran idos y que El Urraca estaba babeando».
─ Margarita, yo no te puedo firmar eso. Yo estaba lejos del bar. No vi nada.
─ Da lo mismo. Tienes que ayudarme a recuperar a mis hijas. Incluso mintiendo si hace falta. Ya sabes que la iglesia permite las mentiras piadosas.
─ Lo siento, eso no lo voy a firmar. Estoy dispuesta a ayudarte en lo que sea pero jamás voy a mentir, no voy a contar lo que no he visto. Ya sabes que es falso, que el bar estaba lleno de camareros y de testigos y que no quiero crearme problemas tontamente.
─ Eres una malnacida. ¡Parece mentira que lleves la sangre de los Manrique de Lara!
El propósito de la «madre de varios padres» era acudir con aquel papel al juzgado de guardia, denunciar a su ex marido como cocainómano empedernido y forzar a la justicia a retirarle la guardia y custodia de las menores. Es una de las más siniestras triquiñuelas urdidas por el feminismo radical americano de los años 50 y 60 para que las arpías que no soportaban a sus maridos y a las que la justicia les había quitado la razón por dementes, se salieran con la suya, encarcelaran a sus ex parejas y le impidieran cualquier contacto con sus hijos.
La técnica de «matar al padre» había sido usada ya, además, en anteriores ocasiones por la familia Manrique de Lara con el claro propósito de acabar social y profesionalmente con Rafael González. « [La ruptura de la pareja] se produjo cuando mi hija comprobó en su propia casa y en una fiesta de unos amigos que su marido se drogaba», declaró Pepe Manrique de Lara y Bosch al tribunal eclesiástico que el 15 de mayo de 2007 dictaminó la nulidad del matrimonio.
FAMILIA DE DELINCUENTES.- Meses más tarde, tras la detención y el encarcelamiento de su hija acusada de «sustracción de menores» delito del que saldría absuelta no porque no se dieran todas las circunstancias de la comisión de ese delito sino por un error judicial previo [no haberle comunicado un juzgado de familia la retirada de la guardia y custodia de las niñas por su deliberada desobediencia a acatar los autos judiciales], el letrado y padre de la presunta delincuente, intentó que varios amigos acudieran al juzgado de guardia y declararan que El Urraca era un consumidor habitual de cocaína.
«Hablé personalmente con sus amigos. Pero Rafael González y Bravo de Laguna tiene un poder tan grande en esta isla que nadie se atrevió a enfrentarse a él, a acudir a los tribunales y a denunciar lo que habían visto», me contó en su despacho de Las Palmas José Manrique de Lara y Bosch.
El intento de destruir al industrial, por tanto, no era nuevo. Por eso, en los días sucesivos La Chama fue presionada de nuevo de una y mil maneras para que levantara un falso testimonio por escrito, a lo que se negó. Lo que permite deducir que la verdadera urraca es la individua. Primero le arrebató un marido a María Fátima Rodríguez del Río y ahora pretende levantarle los hijos al industrial, con la excusa de que no es su padre fisiológico y sin tener en cuenta de que la adopción de unos menores causa los mismos efectos jurídicos. Y, por otra parte, que la familia integrada por José Manrique de Lara y Bosh y María Jesús Martín-Neda no le agrada demasiado la Justicia que les ha dado de comer durante 50 años y pretenden imponer la suya, la del ojo por ojo.
Volviendo al hilo conductor del asunto, fue entonces cuando La Chama se negó a seguir las maquinaciones de sus parientes cuando se puso en marcha una segunda estrategia. Intentar que otra persona ajena al caso, lo declarara. Pero, hasta llegar al nudo gordiano del asunto, detengámonos en otros pormenores que revelan el elenco de virtudes de una dama que pretende ejercer como madre en un hogar dulce y feliz y transmitirle el buen ejemplo a sus niñas.
MIRA, MIRA QUE BUENA ESTOY.- El 2 de febrero de 2011, Elsa Keller (léaae Killer, porque las mata callando, suave que me estás matando amor), ex bice marquesa y ex consorte de Arucas, paseaba con un maromo por Las Palmas y se encontró a «Maribel la alemana» en el centro de la ciudad. «La que le has juzgado a Margarita. Con el carácter que tiene, cuando vuelva de Madrid, te va a ajustar las cuentas».
Era la segunda o la tercera vez que amigas de la siniestra madre y madrastra le ponían sobreaviso acerca del genio de Margarita Manrique de Lara, lo que le llevó a contratar el servicio del 073 de Telefónica para alejarla de su vida.
Lista, brillante, emprendedora, dedicada a la escritura y a las terapias alternativas, separada de su primer marido con el que tiene un hijo y ligada sentimentalmente a un empresario alemán, sin comerlo ni beberlo Maribel entró en el terrorífico círculo de las amigas de Margarita Manrique de Lara hará unos dos años. Como otras muchas mujeres a las que ha utilizado para que le amparen en sus escarceos amorosos y formen parte de sus montajes judiciales y luego ha difamado y desprestigiado en los círculos sociales de la isla cayó «seducida» por la capacidad de manipulación de la viuda negra a la que la «malvada» Justicia le había arrebatado a sus dos hijas del alma, convirtiendo su vida desde entonces en un infierno.
Decidida a sacrificarse hasta límites extremos para ayudarle, olvidándose de su hijo y a su compañero sentimental, a partir de entonces Maribel junto con La Chama se convirtieron en las protectoras de Margarita Manrique de Lara a la que acompañaban a todas partes para que no hiciera «locuras», para que no insultara a nadie ni se metiera en jaleos.
De esta manera, las dos mujeres fueron cómplices unas veces acompañándola y otras por referencias, de los locos más extravagantes y chocantes devaneos de la dama-dama con todo tipo de hombres, desde un mauritano llamado Mohamed, a un minusválido canadiense, Paul Tingley, que hay que ayudar al necesitado y un favor se le hace a cualquier tullido, y que estuvo en Las Palmas para participar en el campeonato de vela del mundo del 2.4, a un veterinario experto en canarios, cabras, cabritos y cabrones o a un informático norteamericano ex novio de Rosa Roca.
«Con lo que está sufriendo la pobrecita, que disfrute un poco y se olvide de su desgracia», la compadecían La Chama y Maribel. Hasta que, tras un tórrido romance, Mohamed que debía tener la edad de su hijo Borja, decidió dejarla por otra mujer de su edad y se armó la marimorena.
Porque, cada vez que conquistaba a un verraco, marrano, maromo o cualquier otro tipo de semental la dama se olvidaba que tenía hijas y sólo tenía pies para correr tras los pantalones de sus capturas pero no para acudir a las citas en los juzgados y recuperar a las menores, atrapadas en las garras de El Urraca. Dado el repentino furor, que no fervor, religioso, de que hacía gala, años antes algunas de sus acompañantes la hubieran criticado con frases como «las puntas arrepentidas, del Carmen van vestidas», pero a comienzos del siglo XXI esas expresiones están en completo desuso. Afortunadamente, la mujer es dueña de su cuerpo y de su sexualidad y a nadie le extraña los desatinos o desvaríos de cualquier mujer ni la doble moral de que hacen gala algunas santurronas e hipócritas para las que el sexto mandamiento (no fornicarás) solo rige de cintura para arriba.
EL RELATO DE LAS DOS AMIGAS QUE ACOMPAÑABAN A LA "AMANTIS RELIGIOSA" PARA QUE NO AGREDIERA A SU EX MARIDO PONE LOS PELOS DE PUNTA. Y REVELA HASTA QUE PUNTO UNA INDIVIDUA ESTÁ DISPUESTA A ARRASTRARSE PARA IMPEDIR QUE SU AMANTES LA ABANDONE
Sin embargo, lo que empezó como un juego erótico festivo acabó convirtiéndose una pesadilla para sus amigas y protectoras, cada vez que uno de sus amantes la abandonaba. Margarita Manrique de Lara se echaba a la calle a reconquistarlo a cualquier precio, arrastrándose y humillándose a niveles inverosímiles, o a amenazarle con hacerse un sacacorchos o tirabuzón con salva sea la parte.
« ¿Cómo te atreves a dejarme por una chica más joven que yo? Mira, mira, ves mis muslos: duros tersos sin una sola variz, sin una arruga. Toca, toca, moro de mierda. Comprueba lo buena que estoy», le oyeron decir sus «guardianas» en plena calle, los dos sentados en un banco, y Margarita Manrique de Lara gritando como una loca, Maribel vigilando a cierta distancia no fuera que le diera un estacazo y acabara en la cárcel, y así tres horas persiguiendo a Mohamed, viajando a Mauritania para ganarse los favores de Mohamed, que no aparece, y los espías de El Urraca hartándose a hacer fotos, mi Mohamed del alma, morito mío, las cámaras del hotel filmando; a Paris a pasear en por el Sena a la luz de las velas con Mohamed, que bien dotado está el cabrón y dejarme a mi ese moro de mierda, con lo buena que estoy yo que todos los hombres se enamoran de mi, pero que pedazo de semental, cemento puro que la tiene, todos los hombres corriendo detrás de mi que no se que tengo yo que enamoro a todos los hombres salvo mi semental.
Y en marzo de 2008, que se van a Hannover, Maribel, su santo, Margarita con su cruz a cuestas, Rosa Roca y un informático americano, un apaño, porque Rosa lleva años buscando a un señor con clase, que lo pueda sacar a pasear y no la haga quedar en ridículo, no lo encuentra y entre tanto tiene que conformarse con apaños, y en estas Margarita que se le empiezan a caer las lágrimas y el moco de tanto llorar, qué hago yo sola en Hannover, que no conozco la ciudad, que hago aquí encerrada en el hotel todo el día. Pobre Margarita, sin un hombre que le caliente los pies, pobre mujer, que desgracia la suya, se lamentan sus acompañantes. Hasta que un día, de repente, los viajeros se enteran de que el americano se ha escapado a Estados Unidos y Margarita se ha escapado a estar dos unidos, y Rosa Roca sin enterarse, que le birlaron al novio que como se entere va a estar rajando contra Margarita de aquí a la eternidad si no la raja antes.
Y Maribel, triste por su amiga, la pobre, que me ha dicho que se va a meter en un convento, que es el único consuelo que le queda, meterse en un cenobio y dedicarse a la oración, a expiar sus pecados, a meditar y a la vida contemplativa, que gran ejemplo de mujer-cartuja dispuesta a renunciar al boato, a la pompa y circunstancia y a dedicar su vida a Dios, encerrada de por vida en su Tordesillas canario como Juana La Loca por mor de Fernando el Católico (Rafael G. Bravo de Laguna) y de Carlos V (Agustín Juárez), y va un día y la llama por teléfono, y Margarita que le dice en voz baja ahora no puedo hablar que estoy rezando, en trance, y media hora después una amiga que le comenta que la ha visto bajar de una de las sacristías del hotel Santa Catalina seguida de un confesor-piloto de Iberia, la pobre ha oído lo de Santa Catalina y en su delirio ha pensado que era un convento. Y a Maribel que la comen los demonios, cómo nos mentía, cómo nos utilizaba, cómo nos manipulaba, cómo nos tenía a su servicio como si fuéramos sus esclavas, cómo nos ha hecho llorar, cómo nos ha torturado con sus maquinaciones y conjuras, cómo es posible que yo siga viva con los bajones de azúcar, que a mi al menor disgusto se me baja el azúcar y me pongo a morir, coñoooooooo, y encima Elsa Keller, calle Triana arriba calle Triana abajo, que no sabes tú el carácter que tiene la individua, que va a ir a la puerta de tu casa, te va a esperar y te va a rebanar, coñooooooo. Y tú, Elsa (interviene el autor), tú porque la llamas «P», que no puede ser pedófila (palabra que no existe) ni de "pendón" que ya sabemos no entra en tu vocabulario. Tú la estás llamando perdida, pero no de perdición, sino de perdida y hallada en el templo, rezando, claro. ¡Que torpe soy! ¿Cómo no se me había ocurrido antes?.
Lo de «devora hombres» no es extraño en la familia. Alguna otra de sus hermanas era conocida años atrás en Las Palmas como «la loba de la noche», «furor uterino 2», «M, la loca», me cuentan Agustín Juárez y algún otro gañán. De hecho, decidida a cazar un marido rico que la mantuviera la propia Margarita Manrique de Lara había iniciado su relación sentimental con Rafael González Bravo de Laguna, un hombre casado entonces con María Fátima Rodríguez del Río, convirtiéndose en su amante, quedándose preñada para obligarle a divorciarse de su mujer y «cazarle», algo que no consiguió hasta tres y diez años después, en que primero le echó el lazo mediante un matrimonio civil y, posteriormente, por la vía religiosa, tras obligarle «in nomine Dei. Amen», a anular su matrimonio canónico. Estando casada ante Dios y ante los hombres con El Urraca, empezó a ponerle los cuernos, hasta quedarse embarazada de su hija M., del deportista Agustín Juárez, una putísima concepción que se llama ya que ella misma reconoce en los tribunales haberle dado 10.000 euros, al que luego perseguiría hasta la provincia de Cádiz, donde éste se entrenaba para futuras competiciones deportivas, sin lograr que izara la vela, el palo mayor, el foque, el trinquete o la mesana, para que ella apagara la llama que la consumía que bastantes días era mayor que el amor a su prole.
YA VIENEN LOS REYES MAGOS.- Pero no todo era a Dios rogando y con el badajo jugando, que entre campanada y campanada se acordaba de las niñas ¡coño, las niñas! Y es que claro, al día siguiente era víspera de Reyes, la cabalgata, que yo quiero ver a mis hijas, carne de mi carne, que me las ha robado El Urraca, sabes lo que significa la palabra Urraca José, el que roba los huevos de otros nidos, el muy cabrón, que me ha robado a mis dos hijas, alma de mi alma, y yo voy a ir a la cabalgata a verlas y nadie me lo va a impedir.
"Acompañenme a la cabalgata que si voy sola soy capaz de hacer algo. Llama a mi prima T. (de Tina) y que se venga con nosotras a La Casita, que El Urraca se pone allí con las niñas y yo quiero verlas". Y Maribel y T. que la acompañan, Margarita que tienes una orden de alejamiento, que no puedes acercarte a las niñas, que te las quitan para siempre, de eso nada, que ya no tengo orden de alejamiento, que no hay juez en el mundo que me impida ver a mi a mis hijas, no te la juegues Margarita, y si veo al Urraca me lo llevo por delante, Dios Mio esta mujer que se va a buscar una desgracia, T. tenemos que acompañarla que es capaz de desgraciarlo a él y desgraciarse ella, que cada vez está más de atar.
Y allá que iban Maribel la alemana y T. de Tina, un día de perros que caían chuzos de punta, dipuestas a que la dama de las camelias, de los camaleones y lagartos que tanto abundan en el hotel Santa Catalina viera a las niñas pero sin dejarse ver y mucho menos amenazar a su ex marido, ni a Juanita Teresa su hija procreada con un ovulo de María Fátima Rodríguez del Río o a su nueva y despampanante mujer, su tercera mujer, Ana Rivero Correa, toda una señora y no como otras.
Porque desde que salía el primer rayo de sol hasta cinco o seis horas después de que se ponía allá por Gando, la única meta de Margarita era acabar con El Urraca, que el muy cabrón mandó a la policía y a los jueces, que por eso estuvo en la despedida del comisario de policía Narciso Ortega, a los que utilizó para que me metieran presa, y me tengo que vengar, que ningún Manrique de Lara ha sido jamás detenido ni procesado, lo sabes Agustín, mi hermana no ha estado nunca presa ni detenida, que nosotros somos los coroneles de Fuerteventura que descendemos de la pata del Cid como se sabe, y tenemos acreditada limpieza de sangre desde hace 10 siglos, desde antes de los tiempos de Alfonso X el Sabio y por eso mi hermana obligaba a Mohamed, un capricho, un pasatiempo que nos podemos permitir los poderosos, a usar condones para que no quedara mancha ni pecado original, y usa trajes fucsia y no furcia.
Pasó la cabalgata, Maribel sufrió dos bajones de azúcar, se tuvo que ir y no escuchó como Margarita le gritaba a Rafael González Bravo de Laguna «ladrón, dame a mis niñas», pero El Urraca se puso a silbar como si no fuera con él y empezó a disimular « ¡Al ladrón!, ¡Al ladrón!». Y la policía le han robado el Bentley don Rafael y usted que tiene tanto dinero porque no manda a comprar otro al Corte Inglés, que no seáis burros, los Bentley los venden en Inglaterra y no en el Corte Ingles, pero y no es lo mismo don Rafael, bueno pues usted perdone por el lapsus, y todo quedó en nada.
MARIBEL, QUE ME SUICIDO, MARIBEL.- Maribel la alemana nunca se había llevado un susto como aquel en su vida. De madrugada sonó el teléfono en su casa y cuando lo cogió oyó una voz cavernosa que, como desde ultratumba le decía.
─ Hola Maribel. Tengo delante de mí una caja entera de Orfidal. Ya no puedo aguantar más. Me la voy a tomar entera ahora mismo.
─ No, por favor Margarita, no hagas locuras. No hagas cosas de las que luego te arrepientas.
─ ¡Que si Maribel! Acabo de decidirlo. Sin mis hijas mi vida no vale la pena. Me suicido.
─ No, Margarita, no hagas nada. Ahora mismo me pongo la ropa y me voy a tu casa. Espera por lo menos a que llegue.
Maribel dejó a su marido y a su hijo en la cama, cogió un taxi y cinco minutos después estaba en la calle Reyes Católicos de Las Palmas.
─ No te habrás tomado nada, ¿no?
─ No, pero o la Justicia me devuelve a las niñas o acabo cometiendo una locura.
Aquella noche, tras pasar horas y horas dándole al palique, Margarita le planteó la solución a todos sus males.
─ Tengo que acabar con El Urraca. Hasta que no logre meterle en la cárcel no recuperaré a mis hijas.
─ Ya sabes que si puedo ayudarte en algo cuenta conmigo. No sabes la angustia y la congoja que me causa ver a una mujer desesperada.
NO HAY NI UNA SOLA PRUEBA PRESENTADA EN LOS TRIBUNALES DE LAS PALMAS QUE NO HAYA SIDO CUIDADOSAMENTE MANIPULADA PARA INCLINAR LA BALANZA DE LA JUSTICIA A SU FAVOR
─ Pues mira, te tomo la palabra. Si quieres ayudarme fírmame un papel diciendo que lo viste con Agustín Juárez esnifando coca en el hotel Santa Catalina.
─ Pero, ¿cómo te voy a firmar yo eso Margarita si yo no estuve en esa reunión? Pídeme lo que quieras, pero no imposibles.
─ No es ningún imposible. Tú sabes que La Chama estaba conmigo ese día y lo vio todo. Como ella no quiere firmar el papel, hazme tú ese favor.
─ Déjame que lo piense. Permíteme al menos que no consulte con H.
─ No, eso no. Si se lo dices a H. te va a decir que no te metas en líos. Y te vas a echar para atrás.
─ Bueno, pero entonces déjame que lo piense al menos.
─ Vale, eso me parece mejor.
Como tardó más de 24 horas en responderle, la noche siguiente la individua volvió a montarle una nueva película de terror. « ¿Qué me suicido? Esta vez si. Estoy sola en el mundo. Parezco una apestada. Mis padres y mis hermanos no quieren saber nada de mí. No te molestes en venir. Cuando las dos niñas sean mayores cuéntales el calvario que pasé por ellas para que tengan un grato recuerdo sobre mi».
EL MONTAJE.- Como alma que se lleva el diablo Maribel volvió a plantarse en su casa. Hablaron de nuevo de falsificar una prueba para meter a El Urraca en chirona y al día siguiente, a finales de noviembre de 2010, se desplazaron a Madrid con el fin de poner en marcha la falsificación.
«Recuerdo que por esa época estaba encantada. Esa mañana había hablado contigo y estaba segura de que te habías tragado sus mentiras y que ibas a escribir un capitulo de tu libro hundiendo a El Urraca para siempre. Me invitó a dormir en su casa de la calle Goya pero preferí irme sola a un hotel», recuerda Maribel.
Al día siguiente, después de consultar con sus abogados lo que había que poner, volvieron a encontrarse en la cafetería Nebrasca de la calle Goya, a un tiro de piedra del apartamento. Y allí, como si fuera su sirviente, le ordenó a Maribel. Escribe: el 23 de noviembre de 2008, me acompañaste al hotel Santa Catalina. Allí observaste una reunión entre Rafael González y Bravo de Laguna y Agustín Juárez. Los dos estaban repartiéndose a mis hijas A. y M. y poniéndose ciegos de coca. Rafael tenía la cara demacrada, se reía como si estuviera ido, y estaba babeando».
─ ¿Babeando? Pero cómo voy a poner eso. Supongo que el hotel estaba lleno de camareros y de empleados que pueden declarar lo contrario.
La amantis religiosa se echó a llorar a moco tendido delante de todo el mundo, antes de ponerse a gritar y a blasfemar como una loca, vamos, como lo que es, completamente fuera de si.
─ Dios, ¡qué desgracia la mía! El Urraca tiene comprados a todos los jueces, a todos los policías y a mí ni mis mejores amigas están dispuestas a hacerme un favor. Si tienes escrúpulos morales piensa en las niñas, lo mal que lo estarán pasando, siendo toqueteadas e incluso violadas por ese monstruo. Maribel tu eres una mujer profundamente religiosa como yo. Llevas en la cartera una imagen de Fray Leopoldo. Pues piensa un poco en él. Y recuerda que la Iglesia y el Papa permiten las mentiras piadosas siempre que se hagan con fines justos.
Tras aquel discurso, Maribel la alemana, empezó a redactar de puño y letra el texto que le iba dictando Margarita Manrique de Lara y Martín-Neda. Pero como tuvo un nuevo bajón de azúcar y empezó a fallarle el pulso, le pidió a la dama de alta alcurnia que lo redactara ella, que yo Maribel firmo lo que sea.
─ No, tienes que escribirlo tú, de puño y letra ─ ordenó la ex amancebada.
ARISTOCRACIA DE TODO A CIEN.- Y Maribel que no quería mentir, porque a las niñas que mienten le salen sapos por la boca y se pasan el día croando hasta que se la lavan con estropajo y jabón empezó a escribir. Hasta que llegó a la parte en la que tenía que poner que Rafael González y Bravo de Laguna estaba «babeando». Ahí se negó en redondo a que la siguieran manipulando, coño, que ya está bien con la fulana de aires aristocráticos y lenguaje de camionero.
Bueno, bueno. Pon lo que quieras. Pero firma y dame el papel que voy a entregárselo a Marcos García Montes. Pero luego se repitió la escena en el despacho del letrado, a donde acudió para un asunto partiocular, y Marcos, que escribas rápido coño, que no tenemos todo el día, que no puedo que tengo el azúcar que se me sube y me baja, me sube y me baja, y la secretaria, don Marcos, no ve que esta mujer está enferma, no la presione usted, déle su tiempo, (y luego para sus adentros), que ya sabemos que anda alterado desde que apareció en el periódico como imputado en el lavado de dinero del narcotráfico, que se empieza defendiendo narcotraficantes y se acaba como se acaba.
De regreso a Las Palmas, sin calibrar lo que había hecho y sin ser consciente que en el caso de ser descubierta la patraña podía ser acusada de falso testimonio tuvo la suerte de encontrarse por la calle con La Chama, que aparece y desaparece y a la que no veía desde hacía por lo menos cuatro meses.
─ Ya me he enterado de que el papel que quisieron endosarme a mí y al que me negué a firmar en redondo, te lo han colocado a ti ─ le dijo M […] Manrique de Lara sonriendo con una cierta picardía.
─ Pero, ¿de qué me hablas?
─ De que has visto babeando a El Urraca en el hotel Santa Catalina. Estos manricorum siempre tienen que salirse con la suya a costa de pisotear y utilizar a todo el mundo.
─ Pero, ¿no es verdad que estaban esnifando coca?
─ ¡Qué va niña! Rafael y Agustín estaban hablando sentados en una mesa, a la vista de todo el mundo. ¿Cómo van a esnifar coca en uno de los hoteles más concurridos de Las Palmas?
─ Joder, en que lío me ha metido la tía. ¿Y qué hago yo ahora?
─ Pues si te llaman al juzgado para ratificarte no ir o acudir acompañada de tu abogado y contar la verdad. Te sometieron a unas presiones brutales, te chantajearon y te obligaron a firmar una cosa que no viste.
Semanas más tarde, hablé con Maribel. Me contó la estafa que le habían hecho y le recomendé lo mismo. Vete al juzgado de familia 5, donde se va a presentar ese documento, y retíralo. Para que el juez no pueda abrir una causa en tu contra invéntate una excusa. Dile que, después de pensar mucho lo que pone en el papel, no estas convencida de que sea cierto.
Su abogado le recomendó lo mismo: No acudir al juzgado porque tal vez el documento aún no se había presentado pero si era llamada por una de las partes o el fiscal para ratificarse, no hacerlo. El delito de falso testimonio está penado en el Código Penal español con una condena de de hasta 4 años de cárcel (si la deposición se produce en el Tribunal Penal Internacional, artículo 451 bis) o de hasta 12 meses si el testimonio se presta ante una comisión de investigación parlamentaria (artículo 502.3).
─ Pero, cómo es posible que te hayas dejado manejar por los manricorum ─ le preguntó La Chama.
─ A ver M. qué mujer a la que ponen contra la espada y la pared amenazándola de que o firma un papel o una mujer se suicida, se resiste a ello, a ver quién no se deja manipular en esas circunstancias.
La Chama: que no se suicida, Maribel, no seas ingenua, que Margarita está loca pero no es tonta, que a mi y a otras amigas nos ha hecho lo mismo montones de veces y ya sabemos que es una farsante, una liante, una manipuladora de tomo y lomo. La alemana quiso confirmar el asunto y le preguntó a otra amiga:
─ Mira, mi amor, mientras vea una bragueta cerca, ten por seguro de que no se suicida, salvo que al caballero se le atasque la cremallera.
DONDE LAS DAN LAS TOMAN.- Cuando tras su divorcio ocurrido a finales de 2003 y, nunca mejor dicho, debido a su mala cabeza decidió escaparse con sus hijas de Las Palmas para joder vivo a su ex marido ─ que no era otro el motivo ─ la susodicha decidió reunirse de lo peor de cada familia. Así, en Jerez, su mejor amiga es Inmaculada Ruiz, una agrónomo, separada y cabreada con su marido, que es la que le recomienda a algunas psicólogas expertas en falsificar informes para los juzgados y se va de vez en cuando a Madrid a hacerle compañía, cada vez que la ingresan en el Pacha Hospital o en la Joy Eslava Clinic para bajarle los delirios de grandeza. En Las Palmas de Gran Canaria, su pañuelo de lagrimas lo constituye María dos Santos, una divorciada de Salvador León Álvarez o Álvarez León, con dos hijos, una niña a la que gusta llevar vestida como un repollo y un niño, cabreada con el mundo porque a su marido le hicieron Vudoo en el muñeco con alfileres (ahora a las felaciones y esas cosas se les llama alfileres) en el ayuntamiento de Mogán y se lo quitaron, según cuenta su madre, que debió estudiar en la universidad de los ubandistas, cuando estaba en Brasil, allá en la tribu.
Metida toda la vida en este mundo insano de arpías, bujas, locas, hienas y otros especimenes del género femenino, cuyo único placer en la vida es aniquilar a su marido por cualquier medio, no resulta extraño que al poco tiempo de la separación la «amantis religiosa», la dama más piadosa y caritativa de Las Palmas, especialmente cuando el mocetón tenía buena pinta, sólo tuviera un leiv motiv en su vida: acusar a su ex marido de violar a su hija adoptiva A., de restregar sus órganos genitales en el pubis de la niña y de tocarle los órganos genitales no para ponerle una crema sino para sentirse más hombre.
Como se cuenta en capitulo anteriores, en 2004 intentó sin éxito en dos ocasiones enchironarle con esta falacia que se reveló falsa de toda falsedad y donde aparecen implicadas en mayor o menor grado la tal Inmaculada Ruiz, la «psicóloga» Julia Acosta y algunas otras señoras amantes de llevarle flores a sus ex maridos a los cementerios.
En junio de 2007, cuando la capturan en Sevilla tras secuestrar a las menores y escapar a Cascais (Portugal) y el juzgado de Instrucción 7 de Las Palmas le retira la guardia y custodia de las niñas, permitiéndole verlas sólo de vez en cuando en un punto de encuentro bajo vigilancia de una asistente social, las ansias de venganza de la mater redemptoris pecata mundi, de la esclava del señor, pura sancta et semper virgine [liberanos Domine], se exacerbaron a niveles tremendos y sus locuras empezaron a ser la comidilla de la isla.
Al poco tiempo de que le permitieran ver a las menores bajo control judicial y a pesar de que La Chama y Maribel la acompañaban en todas las visitas para que no llegara tarde y para que no insultara a las empleadas del centro, decidió renunciar a las visitas programadas. Aquello era una humillación intolerable. Ella era una señora y no estaba dispuesta a que la trataran como una delincuente, a que una asistente social escuchara todas sus palabras y las apuntara en un cuaderno. Y mucho menos a que le reconviniera cada cinco minutos acerca de cómo debía tratar a sus hijas, dedicando el mismo tiempo a cada una de ellas para que la otra no se sintiera marginada, ya que la damisela dedica el 90 por ciento del tiempo a estar con su hija adoptiva A., olvidándose de M, un año menor y que necesitaba bastante más el afecto de su madre.
Sus escándalos constantes, sus insultos al personal del punto de encuentro y sus salidas de pata de banco (dígale al juez que se vaya a tomar por el culo cual Pedro J. Ramírez, cuéntele que la Justicia es una mierda, que a mi nadie me puede prohibir ver a mis hijas cuando quiera) lograron lo que todo el mundo pensaba: al estimar que los encuentros con sus hijas estaban perjudicando a estas, el juzgado de familia le prohibió verlas y le impuso una orden de alejamiento.
Aquello fue el llanto y el crujir de dientes en la familia. Para que su hija no acabara montándole un pollo al juez tal y como amenazaba una y otra, armándose de valor Pepe Manrique de Lara, es decir Vito Corleone, se fue a ver al presidente de la audiencia y, como abuelo de las menores, le pidió un régimen de visitas.Y como no se trataba de recrearse en la maldad y era conveniente que no se rompieran todos los vínculos de las niñas con su familia materna, el juez de familia le concedió el régimen de Franco, una visita al mes, la tercera semana con derecho a pernocta. Pero los abuelos debían comprometerse a impedir el contacto de A. y M. con su madre jurídica y putativa, según cada caso, y a recoger y a entregar a las niñas en el punto de encuentro en las horas convenidas.
Pero quemado por los desplantes y las iniquidades que le había hecho su ex mujer en el año y medio posterior a la separación periodo en el que solo pudo estar en sus hijas en una ocasión, Rafael González y Bravo de Laguna, debió pensar donde las dan las toman y decidió cobrarse con la misma moneda todas las afrentas sufridas.
Así, el primer mes que debía llevar a sus hijas al punto de encuentro no acudió y al segundo tampoco. Lo hizo al tercer mes, a finales de enero de 2008, tomando además una serie de precauciones para que no le manipularan a las menores: estas debían escribir en un cuaderno los comentarios que hacían sus ex suegros sobre él y llamarle cada hora por medio de un teléfono móvil que llevaban escondido. ¿Cómo delincuentes, peor que delincuentes, nos trata ese tal Urraca?, blasfemaba toda la familia, a nosotros la quintaesencia de la aristocracia local.
LA BALA DE PLATA Verse tratados como si fueran una pandilla de forajidos, de facinerosos de la peor calaña, sacó de quicio a María Jesús Martín-Neda y a José Manrique de Lara y Bosch, los abuelos.
Sobre todo, porque quien le dictaba las normas de comportamiento a ellos que eran la élite de la sociedad grancanaria, unos señores a carta cabal, era El Urraca, un personaje con fama de conseguidor, chanchullero, prepotente, soberbio, cornudo y considerado uno de los individuos más detestables de la isla en el mundo de los negocios, por supuestas amenazas y chantajes a políticos y por las decenas de pleitos que tenía en los juzgados, con acusaciones de cohecho, que nunca se probaban.
Así que José Manrique de Lara y Bosch, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, decidió utilizar lo que en el argot de las relaciones familiares conflictivas se conoce como la «bala de plata» para acabar con aquella guerra familiar por el control de unas niñas que estaba consumiendo a su familia y llevándola de boca en boca por toda la isla, como consecuencia de las locuras de Margarita, esa mujer todo bondad y todo dulzura, que jamás había roto un plato, que había hecho de su vida un sacrificio y una entrega permanente a Dios, hacedor de todas las cosas y salvador del hombre, y que era objeto de burla y escarnio permanente por un ser malvado y perverso, fuente de todos los males sin bien alguno.
Fue así como, en este contexto, con una madre desquiciada, loca o al borde de la locura, dedicada a amenazar a los jueces para que le devolvieran a sus hijas, obstinada en imponer su santa o tal vez no tan santa voluntad y desobedecer una tras otra todas las decisiones judiciales, y unos abuelos humillados por un «marrano de mierda» se produce de nuevo un hecho insólito: como en los cuentos de magia surge de nuevo de la chistera un nuevo caso de abuso sexual atribuido al padrastro.
Según la versión de la familia materna, en la visita del 17 de enero de 2010 de las dos niñas a su casa, la menor A., le habría contado a su abuela que «Rafael le había obligado a tocarle sus órganos genitales» mientras estaba viendo con él la película «Sexo en Nueva York», que la familia considera pecaminosa, bastante más perniciosa y siniestra que los conocidos escarceos amorosos de Margarita Manrique de Lara. ¡Venga ya!, si se trata de una película un pelín salida de tono pero bastante normal para lo que se ve hoy en televisión, me cuenta una de las abogadas del despacho de Marcos García Montes y hasta el mismísimo Marcos, que hay gente para todos los pareceres.
Para darle relevancia judicial al asunto, el 20 de enero de 2010 el abogado José Manrique de Lara y Bosh acude a la comisaría de policía, acompañado de su nieto Borja, y presenta una denuncia contra Rafael González Bravo de Laguna. Allí, entre otras cosas, señala: «Que el pasado domingo 17 de enero, sobre las 10:30, su nieta A. se encerró sola con su abuela y le confesó amargada un presunto delito de abuso de menores, que se resume así. En cierta ocasión, hace unas semanas, el llamado Rafael invitó a sus hijas A. y M, a que se acostaran en su cama para ver la película llamada «Sexo en Nueva York». Posteriormente de dijo a M. que saliera de la habitación, se desvistió y le ordeno a la menor A. que le «toqueteara».
A continuación y en las misma denuncia policial depone el hijo mayor del matrimonio, Borja, quien asegura que el 17 de enero trató de interrogar a su hermana «no llegando ese día a contarle nada» pues la niña se muestra esquiva y reservada desde que vive con su padre. A pesar de todo el testigo saca su barita mágica y declara estar seguro de que la menor está sufriendo y lo está pasando mal en el domicilio de su padre [quien se niega a devolver la guardia y custodia de las menores] «pues Rafael parece solo desear machacar a su madre». Aunque no es preguntado expresamente sobre ello, el chico, de 27 años, reconoce que ha sido víctima también de la guerra entre sus padres. «En aquella época [4 años antes] vivía con mi padre porque estaba peleado con mi madre pero luego hice las paces con ésta y volví con ella» ni que le mandaron a un colegio a Suiza porque ninguno de los dos quería ocuparse de él.
La denuncia, presentada tres días después de que sus abuelos tuvieran conocimiento del supuesto abuso de la niña, un delito muy grave, tipificado en el Código Penal, con una condena de hasta 3 años de cárcel al tratarse de una menor de trece años y haberse prevalecido supuestamente una situación de superioridad, la del padre, pero que no constituye violación al no existir acceso carnal por vía vaginal, anal o bocal (artículo 181 y siguientes), tenía todo el tufillo de tratarse de un nuevo y más burda maquinación.
En primer lugar, porque los abuelos en lugar de acudir al juzgado, presentar denuncia y pedir que la menor fuera auscultada por un médico forense o un equipo de psicólogos, lo hicieron en la policía, lo que suponía retrasar inútilmente la investigación.
Y, en segundo lugar, porque en lugar de permitir a la Justicia que incoara el procedimiento y establecieran los medios de prueba, Pepe Manrique de Lara y Bosch acudió a la policía con un vídeo en el que la niña de manera imprecisa y extraña relataba el supuesto tocamiento de que había sido objeto sin darle importancia al asunto.
Según relata don Corleone Manrique de Lara el vídeo se había grabado en casa de María dos Santos, la amiga de Margarita que había perdido a su marido Rafael a causa del Vudoo, en la calle Barcelona 55, ático. El ilustre letrado del colegio de Las Palmas no explica por qué razón se trasladó a la menor de su casa, en la calle José Bosh y Sites, a la calle Barcelona y quiénes estuvieron presentes durante la filmación de aquella película de terror que acabó en risa, donde se ve a una niña atada a una silla en la que no quiere estar y presionada a decir lo que no quiere.
El asunto presenta muchas más contradicciones. De acuerdo con el relato de Manrique de Lara Bosch, la niña le había contado los «tocamientos» a su mujer. María Jesús dice que quien escucho la primera versión de los labios de A. fue su marido. Por su parte, Borja González Bravo de Laguna acusa a su padre de «tocarle sus partes» a la niña cuatro o cinco años antes, testimonio que contradice la versión que dio entonces a sus abuelos a los que echó en cara «intentar aniquilar a su padre».
EL VISIONADO DEL VÍDEO REVELA QUE LA MADRE ESTABA PRESENTE. SE OBSERVA, POR EJEMPLO, EN LA SIGUIENTE FRASE EN LA QUE LA NIÑA PASA DE LA TERCERA A LA PRIMERA PERSONA: "QUE CUANDO SU MADRE LA IBA A BAÑAR Y A ACOSTAR ME ENCONTRASTE TODA ENCARNADA PORQUE RAFAEL ME ESTABA "TOQUITEANDO"
Así las cosas, la gravísima imputación es puesta en conocimiento del juzgado de Instrucción número 6 que abre las diligencias previas 472/2010 y ordena el visionado del vídeo: «Ahora sale hablando A., de 9 años de edad, y dice que Rafael la obligó a «toquiterarla» dos veces, lo tuvo que ver desnudo en el baño. Mamá te amo, te quiero mucho y quiero estar pronto contigo. Que cuando tenía cuatro años y su madre la iba a bañar y a acostar me encontraste toda encarnada porque Rafael [La pareja vivía ya separada, en domicilios distintos y el padre sólo pudo ver a la menor en una ocasión en año y medio] me estaba «toquiteando».
Iniciadas las primeras pesquisas salta la liebre. El 6 de marzo, Begoña, una de las psicólogas de un punto de encuentro se presenta en los juzgados y declara y que la menor le había confesado que había sido obligada a contar aquella mentira por su propia madre. Poco después en la tercera mujer de Rafael González y Bravo de Laguna, Ana Rivero Correa, la que comparece y relata que Cenicienta le ha contado que todo había sido una maquinación de su malvada y siniestra madrastra.
Con estas dos declaraciones, otro juez, el titular del juzgado de primera Instancia 5 llama a declarar a la pérfida que comparece el 7 de abril de 2010 acompañada de su padre como abogado. Allí, al demostrarse que las acusaciones de abusos sexuales carecen de todo fundamento, Margarita Manrique de Lara hace constar su «asombro y perplejidad, pues soy inocenteeeee de tales acusaciones», que solo creo en la Justicia divina y lo mío es rezar y pedir a Dios que me perdone los pecados, me devuelva a mis hijas y condene a Rafael al fuego del infierno.
«No he tenido intervención alguna en las grabaciones ─ miente como una bellaca ─ pues en ese caso yo misma las hubiera denunciado en comisaría. Las grabaciones las conoció su padre José Manrique de Lara, y como responsable de las menores en régimen de estancia en su domicilio, ante unos posibles abusos sexuales se personó en el juzgado de instrucción número 6 y denunció los hechos».
El resto de sus declaraciones son bastante más extrañas aún y revelan una supuesta ausencia de sentimientos maternales en una madre adoptiva y putativa. «Yo como madre ni siquiera me he personado en el juzgado número 6. Por eso me siento ultrajada cuando veo que se me niega mi presunción de inocencia. Es mi ex marido quien me ha quitado el dinero e intenta encarcelarme desde hace siete años. Por eso, en estos momentos no acepto que mis hijas me sean entregadas unas horas al mes, condiciones tremendas, dolorosas e injustas para una madre».
ASI SE URDIÓ EL MONTAJE.- Con estas declaraciones en que una parte acusa a la otra de realizar un montaje judicial y la otra lo desmiente, al no existir más medios de prueba, el juzgado tiene que archivar el asunto.
El testimonio que me relata Maribel la alemana desvirtúa y echa por tierra la versión de José Manrique de Lara, quien debería ser procesado por colaboración necesaria en la perpetración de un delito, y de su hija, la virtuosa, casta y cabal doncella cuyas virginales [y vaginales] dotes son reconocidas y objeto de culto y devoción por todo el vecindario de Las Palmas.
No hubo uno sino dos vídeos. El primero se grabó en casa de María dos Santos el sábado 16 de enero de 2010 en el ático de la calle Barcelona 55, una amiga de Margarita ya que por entonces, las hijas de ambas iban, además, al mismo colegio. De acuerdo con la versión de la menor a la asistente social, y consta en un sumario, la persona que le aleccionó acerca de lo qué tenía que decir en aquella primera toma fue su madre Margarita Manrique de Lara y Martín-Neda.
Pero la camerógrafa de aquella jornada no era la fallecida Pilar Miró ni Alfred Hitchcock, el mago del suspense, una vez visionada la cinta las mamas observaron con horror cómo ─ cosa del Vudoo sin duda ─ se escuchaba de fondo la voz de María dos Santos apuntándole a las niñas lo que tenían que decir. Y, además, en uno de los planos aparece una mano amenazadora recriminando a A., por salirse del guión.
De otra parte, la niña que va a formular la grave acusación y su hermana, aparecen en la filmación con varios modelitos diferentes, lo que le resta credibilidad al relato, en una habitación rodeada de santos e imágenes. "Todo era tan rebuscado, falso y esperpéntico que lo que faltaba -- me contó una de las personas que visionó la grabación-- era que la hubieran vestido para la primera comunión".
EL ABOGADO, DE 82 AÑOS, PODRÍA HABER COMETIDO ADEMÁS UNA FALTA POR LA QUE PODÍA SER INHABILITADO A PERPETUIDAD PARA EJERCER COMO PICAPLEITOS DE MUY MAL ESTILO
Así que al día siguiente, domingo, volvió a reunirse en el ático de María dos Santos el equipo de filmación. Allí aparece entonces como actiz invitada de todo el montaje Margarita Manrique de Lara y la propia Maribel la alemana, a la que se invita a tomar café y para que les eche una mano con las niñas mientras Margarita lanza los habituales gritos »preparados, listos… acción», al objeto de que no entren inesperadamente en escena y echen a perder de nuevo del trabajo cinematográfico que hay que meter al Urraca en la cárcel como sea.
El visionado del vídeo revela que la madre estaba presente e incluso puede saberse dónde estaba situada siguiendo la mirada de la niña. U observando atentamente algunos de los pasajes como aquel en el que A. empieza hablando en tercera persona y acaba en primera, dirigiéndose a Margarita Manrique de Lara. "Que cuando su madre la iiba a bañar y a acostar (tercera persona) me encontraste (primera persona) toda encarnada porque Rafael me había "toquiteado". La versión de Maribel la alemana que se publica por primera vez, en consecuencia, sólo viene a reafirmar unos hechos que ya se conocían en el ámbito judicial.
Porque lo que deberían saber los Manrique de Lara es que "las mentiras tienen las patas cortas", que para mentir hay que tener un cierto estilo y una determinada elegancia de los que carece la familia, que no se puede sacar a las niñas con tres trajes diferentes que los jueces no son tontos y eso no cuela. Y que no se debe falsear la realidad más de lo imprescindible que, ya lo dice el refrán castellano, "primero se coje a un mentiroso que a un cojo".
Que tampoco es bueno llenar las paredes de estampitas, ni cogérselas a las niñas con imperdibles a la ropa, que eso revela la presencia de Margarita Manrique de Lara en el "escenario del crimen." A mi, sin conocerme de nada, la delincuente condenada por desobediencia a los tribunales en sentencia firme me regaló una biblia media docena de ellas (de estampitas) y me mandaba a diario decenas de mensajes de niña tonta y repipi, encomendandome a Dios para que las cosas le salieran bien a ella: "Bendito seas José. Aparte que San José como bien sabes, aparte (sic) de ser el santo de la Buena Muerte es el patrón de la famila. Gracias José por aparecer en mi vida". De nada, amor. Tu te lo has buscado.
De donde se deduce, volviendo al hilo conductor, que, salvo que estuviera en Babia o Vadavia, el abogado José Manrique de Lara y Bosh, cuando se prestó al juego, y presentó ante la policía aquella prueba amañada lo hacía a sabiendas de que estaba violando la Ley para manipular a la Justicia, delito castigado en el Código Penal (artículo 456) con hasta dos años de cárcel.
Te lo recuerdo Pepe, que estas ya viejo y no ves ni con gafas: «Los que, con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad, imputaren a alguna persona hechos que, de ser ciertos, constituirían infracción penal, si esta imputación se hiciera ante funcionario judicial o administrativo (la policía) que tenga el deber de proceder a su averiguación, serán sancionados con la pena de prisión de seis meses a dos años», si querido, dos años al trullo. Y me consta que puede ser, además, motivo de inhabilitación para el ejercicio de la profesión de picapleitos o más bien inventa pleitos aunque sospecho que, con ochenta y dos años a tus espaldas, de poco te va a servir ya la toga.
A mayor abundamiento, he aquí lo que Maribel me dijo y nadie puede desmentirme: «Recuerdo pewrfacmente lo qué pasó. La niña no quería que la filmaran y, de repente, le dijo a Margarita y a María que se fueran, dió un portazo y se quedó conmigo en el cuarto. Va y me dice: ¿Tú tienes hijos? Pues si no tienes me voy a vivir contigo. ¿Quieres ser mi madre?», recuerda. Y agrega: «Tenía un amigo del servicio secreto, le enseñé el vídeo a ver que se podía hacer, y casi me da con él en la cabeza. Pero si se ve a la lengua que es una manipulación, quieres que me meta en un lío».
La semana pasada, Maribel fue a ver al industrial para, al margen de a quien se le atribuyera la guardia y custodia definitivas, interesarse por las menores y pedirle, de paso, que fuera buen padre con las niñas, que a esas niñas las quiero como si fueran mías, pero, finalmente, no fue recibido por éste. ¡Qué gran oportunidad perdida, Urraca para acabar con todos de un plumazo, para que nadie te pudiera arrebatar nunca más a «tus» polluelas!
«Que vas a hablar tú con El Urraca, loca, que ese hombre te pega», le gritó a Maribel Margarita Manrique de Lara por teléfono, mandona como siempre, acostumbrada a que las demás hagan su voluntad llueva o truene, cuando se enteró del encuentro. Y la amenazó: «No le habrás contado nada, ¿no? Lo que me faltaba es que me denunciara de nuevo por amañar pruebas. Dios mío, Dios mío, Jesús del Gran Poder no me abandones. ¿Sabes mamá, Maribel ha estado con El Urraca? Ya no te puedes fiar ni de las amigas, que te la «pegan» con el primero que encuentran. Bueno, Maribel, prométeme que no volverás a hablar con El Urraca. Y no leas Internet, por favor, Internet, no por favor», convertida en una defensora de la ministra González-Sinde «no leas Internet, que solo trae porquerías y nosotras estamos por encima de eso, ya lo sabes, que ni le vamos a replicar al periodista, que diga lo que quiera, nosotros somos señores, ya lo sabes, la historia viva de España y no discutimos con la plebe, no nos rebajamos a discutir en los periódicos que eso es de gente baja».
Pero Maribel, que meses antes se había ido de crucero por el Mediterráneo, Italia, Sicilia, Alejandría, sin poder apartar ni un solo instante de su mente a las niñas, sin desconectar un segundo, sufriendo como una Magdalena, y llamaba a Margarita a todas horas para darle ánimos, para que no se derrumbara, para que mantuviera alto el pabellón de los manricorum, y se gastó más de 6.000 euros en la factura del móvil, ya no le toma más el pelo ni don Corleone ni la Mamma, ni la donna è mobile, que nadie como Giuseppe Verdi ha sabido retratar el carácter tornadizo de la susodicha. A saber: La donna è mobile, qual piuma al vento, muta d'accento, e di pensiero.
Desde que escuchó una cinta en la que María Jesús delante de mí la ponía a caer de un burro ─ que es la forma en la que las déspotas trataban a sus lacayos ─ ya no comulga con ruedas de molino ni se va a prestar a más chanchullos ni a que la utilicen con nuevos chantajes emocionales.
Todo lo cual ─ su versión sobre cómo se manipuló el vídeo ─ viene a dar un nuevo giro al asunto y a demostrar que no sólo hay amores que matan, sino que cuando la pasión y el deseo desaparece, muchas veces surge el odio, la venganza y las más ruines y deleznables ansias de revancha y de destrucción del otro miembro de la pareja.
Y que eso que las feministas, el Gobierno y la oposición llaman violencia de Género es una absoluta patraña, cuyo único objetivo es captar el voto femenino. Porque, de la misma manera que hay hombres decididos a cometer crímenes pasionales sobre sus ex parejas, existen mujeres bastante más siniestras y vengativas, como la que es objeto de este capitulo. Y que mientras haya rencor, odios, celos, enfermedades mentales e infidelidades incontrolables, es estúpido pensar en erradicar la violencia en el seno de la pareja, estúpidos del Gobierno. Porque aunque la mujer asesina menos, dispone de todas las artes de las viudas negras para matar callando a sus maridos.
LOS OCHO AÑOS DE MANIPULACIÓN DE LAS MENORES, A LAS QUE SE HA CAMBIADO HASTA CUATRO VECES DE APELLIDOS, TIENE UNA SOLA META: ATRACAR A GONZALEZ Y BRAVO DE LAGUNA Y ROBARLE UNOS BIENES QUE NO CONSIGUIÓ TRABAJANDO HONRADAMENTE
LA MALADE IMAGINAIRE.- Porque como en la obra del dramaturgo francés Moliere, entre cama y cama, entre maquinación y maquinación, la «amantis religiosa», la devota de Dios, del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, de los Ángeles, Arcángeles y hasta de los Coros Celestiales de cintura para arriba, a la pérfida y supuesta dama no le faltan arrestos para simular cualquier tipo de enfermedad mental con tal de burlar la acción de la Justicia e imponer su voluntad.
Ocurrió por última vez el lunes pasado, 31 de enero. La individua que debía comparecer ante el juzgado de primera instancia número 5, en funciones de juzgado de familia, con el fin de que el órgano judicial decidiera acerca de las medidas provisionales de concesión de la guardia y custodia de su hija M. a su padre biológico Agustín Juárez, alegó padecer un «síndrome de ansiedad» con el fin de dilatar el proceso.
Lo significativo del asunto, es que la falsa beata, la siniestra meapilas utilizó el mismo procedimiento dilatorio el 12 de octubre y el 1 de diciembre de 2010, el 12 y el 31 de enero de 2011 sin que el juez le haya llamado a capítulo.
Porque la firmante del escrito de apenas cuatro líneas en el que se sugiere que Margarita Manrique de Lara Martín-Neda no está loca de atar sino que padece un simple «síndrome de ansiedad» desde el 10 de diciembre de 2010, es la neuróloga Beiztegui, que tiene su consulta en el edificio C, planta 3, sala 1 del Hospital La Zarzuela, perteneciente a Sanitas, situado en Aravaca, a 11 kilómetros de Madrid, y no en la céntrica callen cuyas cercanías la familia tiene su apartamento, lo que induce a pensar que se trata de un nuevo apaño. Porque, pese a las tortillas de Lorazepam (Orfidal) que debe tomar para calmar las alteraciones del comportamiento psíquico y la neurosis compulsiva, la sujeta no anda en sus cabales ni es probable que los recupere en mucho tiempo.
Un falsedad, además, de lo más burda. Porque 24 horas después de que se suspendiera la vista oral, la enferma imaginaria cogía un avión en el aeropuerto de Barajas y se trasladaba a Las Palmas de Gran Canaria, donde fue vista con un maromo, dato que la representación jurídica de Agustín Juárez había pensado poner en conocimiento de la Justicia en su duro escrito de queja presentado ante el juzgado de primera instancia número 5 de la isla.
ATRACO A SU EX MARIDO.- Porque lo que es indignante desde cualquier punto de vista es que las dos niñas, lleven 8 años sometidas a un duro calvario porque su madre pretende atracar a su ex marido, obligándole a entregarle la mitad de los supuestos bienes gananciales obtenidos durante los turbulentos 15 años de matrimonio, en los que sufrió dos intentos de apuñalamiento y algunas otras agresiones menores como queda dicho.
La exigencia de la disolución de la sociedad de gananciales una vez roto el matrimonio es una actitud legítima y conforme a Ley. Habría que haberla aplicado a rajatabla si Rafael González y Bravo de Laguna fuera un personaje con una trayectoria clara y limpia, y no un individuo al que se atribuyen decenas de maquinaciones empresariales, pactos secretos con políticos para repartirse supuestas comisiones, y otros muchos manejos, que están en la boca de todo el mundo, pero que hace falta ser probados ante los tribunales.
Con varias cuentas en Suiza y en algún otro paraíso fiscal, el imaginario popular considera que la inmensa fortuna amasada en casi 30 años de delegado de Saur en España no es suyo sino que en sus cuentas corrientes figuran algunas coimas pagadas a políticos insulares, los más corruptos de España sin duda junto con los de Baleares.
De ahí que González y Bravo de Laguna lleve 8 años resistiéndose a ser «atracado» por su ex mujer en bienes que no serían del todo suyos. El asunto ha derivado, por otra parte, en algunas ventas supuestamente fraudulentas realizadas por su ex mujer de un piso en la calle Obispo Rabadán 8 de Las Palmas [por cierto, el que figura como vendedor es su padre, al que su niña concede poderes para ello] y en el «asalto» a otro en Madrid en la calle Diego de León, de donde habrían desaparecido cuadros y otros objetos, que ha sido archivado por los tribunales, al considerar que no había allanamiento de morada, porque si la pécora tenía in illo témpore la llave de la casa estaba legitimada a entrar y llevarse lo que le viniese en gana, a pesar de estar divorciados, decisión judicial de todo punto discutible, aunque igual de discutible es que me hubiera dejado en la calle con lo puesto esperando que, como figura en Las Geórgicas, un poema de Virgilio «tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra» y todo lo borra.
Así y todo, lo tremendamente lamentable es que las dos menores, el único bien jurídico a proteger según el Código Civil y la reiterada jurisprudencia del Supremo y el Constitucional, lleven ocho años siendo manipuladas por uno y por otros con el único objetivo de no dar a cada uno lo que en Justicia le corresponde.
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Y es que en el asunto se mezclan rencores, odios africanos, malquereres y todo tipo de envidias, rencillas, rencores, odios de clase y un largo etcétera de mimos y carantoñas. Según cuentan sus amigas cuando decidió liarse con El Urraca, Margarita Manrique de Lara, octava hija de una familia de la aristocracia local venida a menos, iba por exclusivamente por su dinero.
Por el vil metal tuvo un hijo fuera del matrimonio teniendo que marcharse de Las Palmas a Madrid a parir sola y alejada de su familia y amigos. Durante tres años, hasta que González y Bravo de Laguna, accedió a casarse con ella por lo civil, estuvo ocultando el fruto de sus devaneos y solo diez años después de quedarse preñada, debido a las presiones de Don Corleone y de la Mamma, su ex marido consistió anular eclesiásticamente su primer matrimonio y casarse con ella por la iglesia, sin poder lucir un vestido blanco como el resto de sus amigas y con su hijo mayor Borja, al que tenían internado en un colegio en Suiza a punto de hacer la mili.
Ese cúmulo de deshonras y afrentas sin cuento es probable que llevaran a la mujer más candorosa, más fiel y devota del planeta a ponerle los cuernos a su santo por no darle todo lo que ella ambicionaba. Y que este, para desquitarse, la haya desheredado como se hacía en la Edad Media con las mujeres descarriadas y pervertidas.
«Seré cornudo pero no apaleado. No se va a quedar con mi dinero. Si quiere dinero que trabaje», le han oído decir a Rafael González y Bravo de Laguna de quien, para evitarse problemas judiciales, ha puesto algunos de sus bienes a nombre de sus hijas pero a su ex mujer, cicuta y de la buena.
Tras años de desavenencias, hay gente malvada que consideraría éste un desenlace hasta romántico para una mujer que ha maltratado a todas sus amigas, y amenaza con rajar a quien le lleve la contraria, y ha convertido a la justicia en un estercolero.
Dejando las intransigencias y las barbaridades a un lado, que nadie en su sano juicio puede inducir a otro a quitarse la vida, lo que no es tolerable es que para que calme sus nervios, sus angustias y sus penas un tribunal le entregue a dos menores de edad que acabarían bastante más maleadas y baqueteadas que lo que se encuentran ahora. El interés del menor como bien jurídico a proteger impide que puedan ser utilizadas como monedas de cambio en las guerras entre sus padres o como terapia alternativa para que las locas de atar recobren el tino y, a la primera recaída, maltraten a sus hijas y las destrocen psicológica y mentalmente.
Algo, lo de la terapia alternativa, que la justicia de familia, en manos de mujeres en su mayor parte, suele pasar por alto con harta frecuencia.

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